Datos del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA) informaron que los focos de calor registrados en Bolivia desde el 1 de enero hasta el 14 de agosto de este año llegaban a 84.749.
Solo en la primera quincena de agosto se reportaron 14.542 focos, cifra muy cercana a la de todo el mes de junio. De esta cifra, Santa Cruz tenía 9.073, seguida de Beni, con 4.340 focos de calor.
Miguel Crespo, director de Probioma, recordó que las quemas “autorizadas” en el departamento de Santa Cruz culminaron el 31 de julio, y que a pesar de eso, los focos de calor siguen y suman, “siendo San Ignacio de Velasco el que más focos mostró en la primera quincena de agosto, con 1.976”.
Cuestionó que las autorizaciones de quema sigan vigentes en Beni, Pando y el norte de La Paz, y que sigan reportándose incendios en Santa Cruz.
“No deberían existir incendios porque, supuestamente, los permisos se otorgaron hasta el mes pasado, y eso da mucho que pensar. Esto quiere decir que se está quemando ilegalmente, o se están dando las autorizaciones. El segundo aspecto es que ni siquiera debieron dar permisos el mes pasado, se debió declarar este año una pausa ecológica, tomando en cuenta el clima, que ha cambiado totalmente, y estamos con vientos cada vez más huracanados, que son el combustible, más la sequía”, dijo.
Crespo recalcó que, además, estos incendios están generando un agravamiento de la crisis hídrica que ya es algo crónico, no solo estacional, y que ya se ven problemas en la Chiquitania y en el país en general, con una “terrible escasez de agua”, y estos aspectos no se están analizando en toda la integralidad. “La gente está sumida en una total vulnerabilidad”, lamentó.
Menos incendios este año
Benjamín Calle, de la Unidad de Bomberos Forestales de la Gobernación de Santa Cruz, explicó que por encima del panorama de los focos de calor, hay menos incendios forestales este 2023, y por tanto menor superficie quemada que en anteriores gestiones.
Dijo que esto puede ser producto de las lluvias que humedecieron el suelo en meses pasados, lo que ayudó a que muchos incendios se controlen más rápido, o a que las personas moderen sus hábitos de quema por el suelo húmedo.
Asimismo, como segundo factor aplaudió la labor de prevención, sobre todo en las provincias. “Como Gobernación tenemos equipos que viven en provincias y eso tiene una repercusión, ya que hay más voluntarios formados en los municipios, y por tanto una respuesta más rápida, con logística en el lugar”, afirmó.
Según Calle, antes de la formación de las cuadrillas de bomberos comunitarios, se tardaba hasta seis horas para desplazarse a los lugares del fuego, mientras que en la actualidad, en una hora ya se están aplacando las llamas.
Por otra parte, Calle cree que el tema de fiscalización y control no ha mejorado, y que la ABT sigue con la misma forma de trabajo de años anteriores.
“Debería ir de oficio a todos los lugares donde se reportan focos de calor y hay una acumulación de esos focos para saber si se trata de quema o no, y si está o no autorizada, si se están tomando las normas o las medidas de seguridad. No hay una fiscalización continua de la ABT”, dijo, y aclaró que el incendio de Kaa Iya, que según datos preliminares, hasta ayer había quemado 3.800 hectáreas en esa área protegida, se originó en un predio privado.
“Tenemos las coordenadas y nosotros somos los que de oficio estamos remitiendo a la ABT para que envíe las notificaciones y sanciones que correspondan”, apuntó.
Para Calle, debería ser al revés, la ABT tendría que alertar a los bomberos para que acudan. Sin embargo, indicó que de todas formas, también se dan el trabajo de pasar la información de los incendios a la asesora legal de la Gobernación, que ya ha iniciado procesos penales cuando corresponde.
Según Calle, hay como cinco procesos penales iniciados por la Gobernación, uno de estos por el fuego en El Fuerte de Samaipata.
EL DEBER pidió información sobre las sanciones al director departamental de la ABT, Luis Flores Orellana, pero no respondió.
Interfaz
Álvaro Castillo, comandante de los bomberos voluntarios UUBR, que operan en la capital cruceña, dijo que los incendios de interfaz o interfase, que se dan en zonas de transición (Urbana a rural), cada vez van evolucionando más porque la gente no entiende y sigue quemando. “Se realiza más, mientras más se pide que deje se hacerse”, criticó.
Uno de los más recientes, y que superó la gravedad acostumbrada en esa zona, fue el de Viru Viru, de hace pocos días. Demandó la intervención de varios equipos, entre policiales y voluntarios y municipales.
“Tenemos estadísticas, por lo menos se atienden dos a tres de estos incendios por día, en época baja, y más de diez en un solo día en época alta, pero eso varía en función al clima, al viento”, dijo Castillo.
Para él, la Alcaldía debería adoptar medidas en materia de prevención y sanciones.
En cuanto a las denuncias, explicó que como UUBR hicieron un par de denuncias y nunca supieron si realmente los sancionan. “Personalmente creo que no hacen nada”, lamentó.
PARA SABER
Áreas protegidas | Este año, van más de 10 mil ha quemadas en Otuquis, y hasta ayer iban casi 4.000 en el Parque Nacional Kaa Iya.
Superficie quemada | En 2019 fueron más de cuatro millones de ha quemadas en Santa Cruz, y en 2022 poco más de un millón.
Bomberos comunitarios | Hay cuadrillas capacitadas en 11 de las 15 provincias, tanto de bomberos municipales como de voluntarios de las comunidades.
Fuente: El Deber