Zonas donde se han recolectado las variedades de yuca y sus nombres.
El Torno, Cotoca, zona de la Chiquitanía (San José, Roboré), San Matías, comunidad Santo Corazón, además de la zona Sara Ichilo Yapacaní. Entre los nombres de las variedades recolectadas se encuentran: la Porongueña, rama negra, la hoja menuda, la majo, la yema de huevo, la chiquitana blanca, chiquitana amarilla, la josesana y muchas otras más. También se ha cultivado en los Valles en la zona de Quirusillas y Vallegrande (Masicurí), por lo cual es un cultivo muy noble que se encuentra prácticamente en todo el departamento de Santa Cruz y se espera que a partir de este proyecto de investigación se pueda difundir a otras regiones del País.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta en el manejo de este tema, es el de ver el consumo de la raíz en fresco, las características que las mismas deben tener como ser: fácil de pelar, la raíz tiene que estar muy bien formada, y tener una cierta capacidad de aguante o resistencia una vez que sea cosechada.
Todos estos factores van a determinar que el CIAT pueda obtener a partir de este proyecto de investigación la identificación de Yucas que sean potenciales con componentes de calidad para el mercado y de uso culinario.
Juan Carlos Mejía responsable de este proyecto yuca, manifestó que les interesa el tema de procesamiento en una fase primaria por el almidón y la harina de Yuca.
“En Santa Cruz consumimos bastante cuñape, masaco de yuca y otros horneados que se hacen a base de almidón de Yuca, por lo cual es un departamento altamente consumidor de almidón y por eso es conveniente trabajar en que variedades nos podrían aportar con mayor cantidad de almidón “También hizo referencia a que poco a poco la población brasileña en Santa Cruz se está introduciendo en la cocina boliviana.
“Tenemos una población brasilera muy alta en Santa Cruz, que demanda una buena fariña, entonces ahí estamos apuntando con este proyecto de yuca, para tener variedades, con un mejor rendimiento, variedades con mejor uso culinario, variedades que nos aguanten más tiempo una vez que cosechamos y también variedades que puedan estar orientadas al procesamiento de lo que es la industrialización”, dijo Mejía.
Al margen de obtener los rendimientos para el cultivo de la yuca, también en el proyecto se ha visto conveniente hacer una calendarización de siembra con la finalidad de garantizar una producción continua para este cultivo, pues es de conocimiento para muchos productores que entre los meses de mayo y agosto tradicionalmente se hace la siembra.
“Queremos también que a partir de este trabajo y subsiguientes trabajos de investigación que se han hecho en base a la calendarización, poder tener siempre yuca fresca para ofrecer al mercado y evitar que el productor tenga que hacer zonas de siembra, porque teniendo una buena calendarización, sembrando cada mes o cada dos meses, el productor tendrá todo el tiempo yuca de buena calidad y variedad seleccionada para que pueda jugar con los precios del mercado”, manifestó Mejía.