En la misma línea, el técnico en investigación del Centro Multipropósito de Innovación Vitivinícola (Cemivit), Adolfo Avilés, agregó que se trata de conservar el material que posiblemente se esté perdiendo a causa de que en algunas zonas vitivinícolas se privilegia más las variedades comerciales, las que producen uva para vino o para consumo de mesa, con perspectivas de mercado, lo que no da opción a que las variedades que no son tan rendidoras o que no son requeridas en la vinificación, se las va dejando de a poco.
“Es importante mantener este material por la cantidad de genes que albergan, pueden servir en un día no muy lejano para mejorar otras variedades o darles tolerancia a ciertas condiciones climáticas, esa es la idea”, argumentó.
El APUNTE
Sobre la necesidad de un inventario
El director del Servicio Departamental Agropecuario (Sedag), Edwin Fuentes, valoró que el Iniaf asuma sus responsabilidades y competencias de acuerdo a su estructura, como dependencia directa del Estado central al realizar este trabajo de recolección.
En el departamento de Tarija se ha desarrollado la viticultura en Tarija gracias a la iniciativa privada con el apoyo de las entidades públicas que existen en el departamento, pero que existe una diversidad y desorden en el mejoramiento de la implementación de parcelas de producción.
“Hay variedades tempraneras, intermedias, tardías –enumeró-, entonces me parece bien que se haga un inventario de todo el germoplasma introducido en la región y se sepa cuáles son las uvas de mesa, viníferas, para deshidratar, me parece excelente la iniciativa, esperemos que se lo realice a la brevedad posible”.
Mostró toda su predisposición a colaborar con el Iniaf en el caso de la logística porque, apuntó, no se debe olvidar que la región es amplia en el tema de la producción de uva que va desde Paicho, Tomayapo y Yesera en el valle central, además de que existe una diversificación de esta fruta.
Fuente: Periódico El País Tarija