Los fenómenos climáticos siguen afectando a gran escala a los productores. Han optado por hacerse pozas cerca de los riachuelos y quebradas

Comunidad Palmira buscan lugares para hacer sus pozas / Foto : Mariano Chore

La comunidad de Palmira se encuentra actualmente enfrentando los desafíos de una prolongada sequía, y a pesar de haber declarado la emergencia, aún se debate sobre las medidas a tomar. En su momento, las autoridades brindaron la asistencia necesaria, pero la incertidumbre persiste entre los residentes, quienes buscan soluciones sostenibles y a largo plazo para mitigar los impactos de la sequía en su comunidad.

Sin embargo, esta situación aún continúa y con el paso de los días, se han visto más perjudicados, pues la seca provocó que no se pueda sembrar, además la falta de agua está dejando los atajados secos y por ende los animales no tienen el líquido elemento para beber.

Mariano Chore, productor de la comunidad Palmira – San Antonio de Lomerío, expresó que la situación en este lugar sigue siendo la misma; la sequía persiste y, por ende, se encuentran en una situación de emergencia.

El productor expresó la necesidad de ayuda, ya que carecen de agua para hidratar a sus animales y la situación se complica cada día que pasa. Las lluvias caídas son segmentadas, lo cual está afectando aún más la situación en la comunidad.

Ante esta situación, varios comunarios han optado por cavar fosas cerca de riachuelos y quebradas, buscando así fuentes de agua para proporcionar a sus animales.

Hasta el momento, se han cavado alrededor de 7 pozos en un esfuerzo por encontrar agua, ya que la escasez de este recurso está afectando a comunidades como Monterito, Puquio y otras.

“Estamos en una situación crítica, no se puede sembrar nada porque está seco”, lamentó.

Choré mencionó que, para esta fecha, ya están sacando la producción de maíz; sin embargo, el panorama es muy diferente a otros años, ya que la tierra está seca.

Aunque en un momento recibieron ayuda en cisternas, según Choré, ahora tienen que pagar para obtener el líquido elemento en sus atajados, lo que les genera un gasto adicional. 

Choré recalcó que la situación en Palmira es complicada, ya que se sienten impotentes ante la falta de agua. Esto afecta tanto la siembra de cultivos como el abastecimiento del recurso natural en atajados, riachuelos y otras fuentes.

Fuente: Publiagro