El hato que hay en ese predio es de la raza Brangus que se asocia a la producción de pastos y la cría de peces Tambaquí.

La convergencia entre la ganadería, la producción de pasto y la actividad piscícola ha sido alcanzada con éxito en las instalaciones de la Cabaña Guapurucito ubicada en la localidad de Paurito. Esta hacienda, que lleva 20 años en funcionamiento, fue asumida hace ocho años por su actual propietario, Guillermo Méndez, quien ha destacado la importancia de la raza Brangus en este emprendimiento.

“En la Cabaña Guapurucito hacemos inseminación artificial, fertilización in vitro y transferencia de embriones con la raza Brangus, que se caracteriza por su mansedumbre, rusticidad y gran calidad de carne”, detalló Méndez.

Además de estas cualidades, la raza Brangus destaca por su temprana madurez sexual y su eficiente conversión de alimento en ganancia de peso. Méndez ilustra esta característica al mencionar que las hembras muestran su primer celo a los ocho o nueve meses, pudiendo ser inseminadas a los 14 meses de edad.

“Nosotros estamos destetando animales alimentados con pasto con más de 240 kilos con una gran resistencia a los ectoparásitos sin tomar en cuenta el color negro o el colorado”, agregó.

En un enfoque adicional, resaltó que el Brangus encuentra aplicación en un 80% como parte de cruzas industriales con razas cebuinas como el Brahman y el Nelore. Para este propósito, la cabaña ya cuenta con una clientela proveniente de diversas regiones como Chuquisaca, Tarija, Beni, Chaco y Chiquitanía.

“En la Cabaña Guapurucito hacemos inseminación artificial, fertilización in vitro y transferencia de embriones con la raza Brangus, que se caracteriza por su mansedumbre, rusticidad y gran calidad de carne”

PASTURAS
La segunda actividad está ligada a la producción de pastos. Los campos albergan una variedad de especies adaptadas a distintas condiciones. En las zonas más bajas, se encuentra la Brachiaria humidícola, mientras que en otros sectores se cultivan Brachiaria brizantha Marandú y MG-5 Toledo.

“Al fondo tenemos potreros grandes con el pasto Mombaza con el que hacemos los rollos y también tenemos un espacio de 20 hectáreas con Taiwán morado que tiene mucha proteína”, expresó.

PISCICULTURA
La incursión en la piscicultura surgió hace un año como parte de una estrategia para optimizar la productividad por hectárea en la Cabaña Guapurucito. Se seleccionaron áreas de suelos arcillosos para la creación de cinco lagunas, que albergan a 20,000 ejemplares de la especie Tambaquí, conocida también como pacú de vientre rojo. Para su alimentación, se emplea un balanceado de alta calidad.

Fuente: Publiagro