La granja Agromontruz, de propiedad de Alfonso Montenegro, alberga un área dedicada a aproximadamente 500 colmenas. A nivel nacional disponen de alrededor de 1800 colmenas, en su mayoría pobladas por abejas caucásicas alemanas.

Colmenas traídas de Argentina / Foto:Publiagro

Con alrededor de 500 colmenas en el lugar y aproximadamente 1800 a nivel nacional, en su mayoría abejas caucásicas alemanas, Alfonso Montenegro, propietario de Agromontruz, busca promover diferentes razas de abejas con características mejoradas, en contraposición a las abejas africanizadas provenientes de Brasil.

Desde temprana edad, Montenegro ha tenido abejas en su casa, y las personas mayores solían acudir a él en busca de abejas para recibir tratamientos para dolores articulares. Motivado por esta demanda y su pasión por las abejas, Montenegro estudió medicina y se especializó en apitoxinoterapia, un enfoque que utiliza la apitoxina, el veneno de las abejas, para tratamientos articulares.

“Con estas abejas vamos a mejorar un poco la raza, porque al cruzarse las abejas entre sí, llegan a adquirir los genes de las más mansas y ese es el propósito”

Según Montenegro, la apitoxina contiene una sustancia llamada melitina que ejerce una acción beneficiosa en los tratamientos articulares. Al aplicar el veneno de las abejas, se busca estimular las defensas del cuerpo humano para que recuperen su memoria y cumplan adecuadamente su función, evitando enfermedades.

Las colmenas en la granja de Montenegro consisten en abejas italianas traídas de Argentina, conocidas por su docilidad y dedicación al trabajo. El objetivo de Montenegro al cruzar estas abejas es mejorar la raza, incorporando genes de las abejas más dóciles.

 “Con estas abejas, buscamos mejorar un poco la raza, ya que al cruzarse entre sí, adquieren los genes de las más mansas. Ese es nuestro propósito”, explicó Montenegro.

En la granja, se mantienen dos núcleos de colmenas, cada uno con sus reinas y seguidoras, formando dos familias distintas.

Fuente: Publiagro