Crece la incautación de plaguicidas ilegales a nivel mundial

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Durante los primeros cuatro meses del año se incautaron 1,346 toneladas de plaguicidas ilegales, a nivel mundial, lo que equivale a 458 piscinas olímpicas de producto.


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Se trata de la quinta edición de la operación Silver Axe, coordinada por Europol y más de 30 países, entre los que se encuentra Colombia, como único país latinoamericano y que tiene como objetivo acabar con la falsificación y el comercio ilegal de plaguicidas, según un informe de CropLife.

“Año a año, la demanda por los alimentos agrícolas se incrementa, ya que la población aumenta en número de personas, y el área disponible para los cultivos se reduce, por lo que se hace necesario optimizar las técnicas de producción, como la conservación de suelos, utilización de semillas certificada, dosis y tipos de fertilizantes y agroquímicos que faciliten el desarrollo de los cultivos y los protejan contra el ataque de diferentes patógenos ya sea hongos, bacterias, nematodos, afidios, ácaros y de arvenses”, según Jaime Brenes Madriz, Ingeniero Agrónomo del Instituto Tecnológico de Costa Rica.

Se considera que Latinoamérica se puede convertir en una huerta, para la exportación de frutas, hortalizas y granos para el resto del mundo, por lo que se vuelve un objetivo para el comercio ilegal de plaguicidas. Al contar los países con fronteras muy grandes, de difícil acceso y con muchos caminos rurales, se vuelve muy complicado para las autoridades poder controlar el contrabando de agroquímicos no registrados en los países.

Los diferentes tipos de agricultura que se presentan en los países, ya sea agricultura intensiva, tradicional, o la agricultura en ambientes controlados, necesita de agroquímicos para la protección contra enfermedades, plagas insectos o arvenses, que si no son tratadas de una manera eficiente, llevarían al agricultor a la ruina económica o a dejarlo sin sus alimentos. Para contrarrestar la presencia de estos fitopatógenos y arvenses, las empresas dedicadas a la producción de agroquímicos, por medio de sus unidades de investigación trabajan en la creación de nuevas moléculas de plaguicidas o fertilizantes que le permitan al productor alcanzar sus metas de producción, sostiene Brenes.

Los plaguicidas falsificados se venden en copias de envases, con etiquetas falsificadas, que parecen idénticos a los productos legítimos originales e infringen los derechos de propiedad intelectual. El contenido de los recipientes es desconocido y puede consistir en una variedad de ingredientes activos de calidad variable. Además, los plaguicidas ilegales son productos que ni siquiera intentan copiar un producto auténtico. Los plaguicidas ilegales pueden contener o no los ingredientes indicados en la etiqueta del envase. La calidad de los plaguicidas ilegales puede representar un riesgo para la salud humana y el medio ambiente

Se trata de la quinta edición de la operación Silver Axe, coordinada por Europol y más de 30 países, entre los que se encuentra Colombia, como único país latinoamericano y que tiene como objetivo acabar con la falsificación y el comercio ilegal de plaguicidas, según un informe de CropLife.

“Año a año, la demanda por los alimentos agrícolas se incrementa, ya que la población aumenta en número de personas, y el área disponible para los cultivos se reduce, por lo que se hace necesario optimizar las técnicas de producción, como la conservación de suelos, utilización de semillas certificada, dosis y tipos de fertilizantes y agroquímicos que faciliten el desarrollo de los cultivos y los protejan contra el ataque de diferentes patógenos ya sea hongos, bacterias, nematodos, afidios, ácaros y de arvenses”, según Jaime Brenes Madriz, Ingeniero Agrónomo del Instituto Tecnológico de Costa Rica.

Se considera que Latinoamérica se puede convertir en una huerta, para la exportación de frutas, hortalizas y granos para el resto del mundo, por lo que se vuelve un objetivo para el comercio ilegal de plaguicidas. Al contar los países con fronteras muy grandes, de difícil acceso y con muchos caminos rurales, se vuelve muy complicado para las autoridades poder controlar el contrabando de agroquímicos no registrados en los países.

Los diferentes tipos de agricultura que se presentan en los países, ya sea agricultura intensiva, tradicional, o la agricultura en ambientes controlados, necesita de agroquímicos para la protección contra enfermedades, plagas insectos o arvenses, que si no son tratadas de una manera eficiente, llevarían al agricultor a la ruina económica o a dejarlo sin sus alimentos. Para contrarrestar la presencia de estos fitopatógenos y arvenses, las empresas dedicadas a la producción de agroquímicos, por medio de sus unidades de investigación trabajan en la creación de nuevas moléculas de plaguicidas o fertilizantes que le permitan al productor alcanzar sus metas de producción, sostiene Brenes.

Los plaguicidas falsificados se venden en copias de envases, con etiquetas falsificadas, que parecen idénticos a los productos legítimos originales e infringen los derechos de propiedad intelectual. El contenido de los recipientes es desconocido y puede consistir en una variedad de ingredientes activos de calidad variable. Además, los plaguicidas ilegales son productos que ni siquiera intentan copiar un producto auténtico. Los plaguicidas ilegales pueden contener o no los ingredientes indicados en la etiqueta del envase. La calidad de los plaguicidas ilegales puede representar un riesgo para la salud humana y el medio ambiente

Fuente: Contexto Ganadero