Brasil estimó una fuerte caída de su cosecha de soja y aportó más fundamentos para la suba de los precios en Chicago

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La Conab redujo de 140,50 a 125,47 millones de toneladas la estimación sobre el volumen de la producción de la oleaginosa; además ajustó de 89,31 a 80,16 millones de toneladas la expectativa sobre las exportaciones; en Chicago el precio sube casi US$11 dólares y se aproxima a los US$600 por tonelada

En forma inesperada por el mercado, la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Agricultura de Brasil, recortó hoy de 140,50 a 125,47 millones de toneladas la proyección sobre el volumen de la producción brasileña de soja 2021/2022 en su informe mensual de estimaciones agrícolas. Así, no solo dio una dimensión cabal al impacto del tiempo seco sobre los cultivos del sur del país, sino que aportó más fundamentos para la tendencia alcista de los precios en Chicago, donde la oleaginosa va camino de los 600 dólares por tonelada.

En efecto, con esta noticia como razón central, en el cierre del segmento nocturno de operaciones en la Bolsa de Chicago la posición marzo de la soja sube US$10,93 y se negocia a 596,90 dólares por tonelada. En lo que va de 2022 este contrato acumula una ganancia del 21,3 por ciento. Este valor, que es el más alto desde principios de junio último, aún se mantiene a distancia del récord vigente, de US$650,74, del 4 de septiembre de 2012.

La sorpresa de los operadores estuvo dada por el hecho de que el organismo brasileño, que suele ser conservador en sus estimaciones, ajustó en más de 15 millones de toneladas su cálculo de enero y dejó su previsión en línea con las proyecciones más pesimistas de los privados y lejos de los 134 millones de toneladas pronosticados ayer por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).

“Con una superficie sembrada de 40,58 millones de hectáreas, un 3,5% mayor que en la campaña 2021/2022, la siembra se realizó dentro de la ventana ideal en la mayoría de las regiones productoras y eso generó expectativas positivas entre los productores. Sin embargo, a partir de noviembre el escenario cambió por la influencia de La Niña, que interfirió fuertemente en el régimen de lluvias. Prácticamente toda la región sur –Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul– y parte de Mato Grosso do Sul sufrió una severa restricción hídrica en noviembre y en diciembre, además de altas temperaturas, lo que provocó una drástica caída de la productividad de dichas áreas”, explicó la Conab.

Añadió que en Paraná la productividad se prevé un 35% debajo de la obtenida en la campaña 2020/2021, mientras que en Rio Grande do Sul la merma se calcula en el 37% frente al ciclo precedente. Detrás de Mato Grosso, estos dos Estados son el segundo y el tercero en el podio de mayores productores de soja brasileña, por eso el impacto de sus pérdidas hace mella sobre la oferta total.

La nueva estimación para la cosecha de Brasil, cuando las tareas de recolección progresaron sobre poco más del 17% del área apta, implica una merma del 9,2% respecto de los 138,15 millones de toneladas recolectados en la campaña récord 2020/2021.

En el análisis de la nueva realidad productiva, la Conab señaló que la menor oferta generará “una reducción de la molienda y, principalmente, de las ventas externas de poroto de soja”. En efecto, las exportaciones brasileñas en el ciclo 2021/2022 fueron estimadas hoy en 80,16 millones de toneladas, debajo de los 89,31 millones previstos en enero y de los 86,11 millones de la campaña 2020/2021. En este caso también el dato oficial del organismo brasileño resultó muy inferior al previsto ayer por el USDA, de 90,50 millones de toneladas.

Este último dato resulta central para entender la firmeza que el nuevo informe de la Conab puede darles a los precios de la soja en Chicago, dado que implica una menor competencia para los vendedores estadounidenses, que lograrían recuperar parte del espacio perdido en los últimos años en China.

Otro dato alcista del informe publicado hoy por el organismo brasileño está dado por el ajuste en la previsión de las exportaciones de harina de soja, que respecto de enero cae de 17,80 a 16,77 millones de toneladas. Esto, sumado a la chance de que también las ventas externas argentinas de harina resulten menores por el descenso de la cosecha local, fortalecen la expectativa de los operadores de Chicago por ver un crecimiento de las exportaciones estadounidenses de harina. Esto ya deja de ser una especulación para convertirse en realidad.

En ese sentido, en el cierre de la rueda nocturna de Chicago la posición marzo de la harina sube US$11,24 y se negocia a 520,40 dólares por tonelada. En lo que va de 2022 este contrato acumula una ganancia del 18,3% desde los 439,93 dólares del último día de diciembre de 2021.

Fuente La Nación