Destacan modelo productivo guaraní para garantizar la seguridad alimentaria ante emergencia por Covid-19

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Este modelo de producción está basado en la revalorización de los saberes locales de la cultura guaraní y se asienta sobre dos pilares. Por un lado, el manejo razonable y sustentable de la tierra permite diversificar la economía familiar y la dependencia de insumos externos es bajísima; de esa forma, se garantiza un uso sostenible de los recursos naturales, en especial agua y suelo, y preserva la biodiversidad.

La vulnerabilidad de los pueblos indígenas es constante y se agudiza en tiempos del coronavirus. Sin embargo, y dadas las actividades de muchos de ellos en la agricultura familiar, hoy más que nunca se destacan los beneficios que otorgan al mundo, como sus prácticas agrícolas que son resilientes al cambio climático, sus alimentos autóctonos que amplían y diversifican las dietas, sus formas de cultivo que conservan y restauran los bosques, y los recursos naturales y sus formas de vida que se adaptan a los espacios que habitan en armonía.

En el caso de Bolivia, el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), destaca los mecanismos agrícolas en el territorio guaraní, como la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Charagua Norte de la Autonomía Indígena Originaria Campesina Charagua Iyambae y por el municipio de Macharetí, donde en los hogares indican que cultivan la tierra. “Hay distintos cultivos anuales y multianuales, 16 en total (maíz, frejol, zapallo, sésamo, maní, yuca, ají, caña de azúcar, naranja, mandarina, pomelo, limón, lima, palta, manga) y cuentan con crianza de bovinos, caprinos, porcinos, ovinos y aves de corral; además, algunos producen miel en apiarios”, detalla un informe elaborado por esta institución y sus investigadores Néstor Cuellar y Elías Caurey.

Este modelo de producción está basado en la revalorización de los saberes locales de la cultura guaraní y se asienta sobre dos pilares. “Por un lado, el manejo razonable y sustentable de la tierra permite diversificar la economía familiar y la dependencia de insumos externos es bajísima; de esa forma, se garantiza un uso sostenible de los recursos naturales, en especial agua y suelo, y preserva la biodiversidad”.

Y por otro lado, se destacan las relaciones sociales y el control social para marcar la dinámica de producción, aportando así a un nuevo estilo de vida, donde la interacción persona-naturaleza y persona-comunidad es la raíz de esta dinámica que garantiza una producción sostenible de alimentos.

En síntesis, destaca CIPCA, “el hecho de poner a orar a la olla (interrelaciones sociales) y sembrar lo necesario (manejo razonable de la tierra) nos da luces de que el modelo productivo guaraní es un camino para pensar en la seguridad alimentaria de la familia y comunidad”.

Fuente: Agencia de Noticias Fides ANF