A pesar de los climas adversos se ha logrado tener rendimientos positivos en la producción del tubérculo

Foto : Internet

En diversas áreas del Altiplano, la producción de papa nativa ha mostrado rendimientos aceptables, a pesar de enfrentar desafíos como la sequía.

Ticona Flores, responsable de la Unidad de Desarrollo Territorial del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), informó que se han obtenido buenos resultados en el cultivo de la papa en las serranías.

Flores destacó que han estado cosechando papas en las provincias de Ingavi y Chonchocoro, logrando rendimientos de 42.3 toneladas por hectárea. En la Provincia Omasuyos, los rendimientos alcanzaron alrededor de 43.6 toneladas por hectárea, lo cual se considera excepcional.

A pesar de los desafíos climáticos, estos resultados alentadores son un testimonio del esfuerzo y la resiliencia de los agricultores altiplánicos en la producción de este cultivo fundamental para la seguridad alimentaria en la región.

“Hay buena productividad en cuanto a producción de tubérculos “, dijo.

Ticona Flores, responsable de la Unidad de Desarrollo Territorial del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), destacó que, a pesar de ciertos desafíos, la producción de papa nativa ha mostrado resultados alentadores en algunas zonas del Altiplano.

Sin embargo, señaló que en áreas de planicies donde no hay pendientes, las papas fueron afectadas por las precipitaciones excesivas, dificultando el drenaje y resultando en pérdidas significativas. Aunque aún hay producción, esta no alcanza los niveles esperados en términos de productividad.

 “Hay buena productividad en cuanto a producción de tubérculos “

Flores también mencionó que el crecimiento del forraje ha sido satisfactorio debido a la extensión de las lluvias. Sin embargo, advirtió que el prolongado periodo de lluvias puede llevar al forraje a convertirse en granos y producir semillas, lo que no es deseable ya que reduce su valor nutricional para el consumo animal. Ejemplificó esto con la situación de la avena y la cebada, que están pasando de ser forraje a producir semillas, disminuyendo su utilidad como alimento para el ganado.

Por otro lado, Flores expresó satisfacción por el crecimiento significativo de las praderas nativas debido a las lluvias, en comparación con periodos anteriores. Destacó que los reservorios de agua han acumulado líquido renovable, asegurando agua para las praderas hasta agosto o septiembre. Sin embargo, advirtió sobre la importancia de que las temperaturas no sean demasiado altas, ya que esto podría afectar negativamente la disponibilidad de agua en el futuro.

Estas observaciones muestran la complejidad de la situación agrícola en el Altiplano, donde los agricultores deben enfrentar diversos desafíos climáticos y adaptarse constantemente para garantizar la productividad y la sostenibilidad de sus cultivos y pastizales.

 

Fuente: Publiagro