También es importante tener aliados en productos de alto impacto que aporten a la corrección de suelos con nutrientes esenciales

Cultivos de soya propiedad La Morita / Foto : Publiagro
Cultivos de soya propiedad La Morita / Foto : Publiagro
Foto : Publiagro

Los principales beneficios del muestreo y análisis de suelo incluyen el aumento de la productividad agrícola al identificar las condiciones limitantes para el crecimiento de las plantas, una mayor eficiencia en el uso de fertilizantes y la protección del medio ambiente.

Por consiguiente, para mejorar la producción agrícola es esencial corregir las deficiencias del suelo, lo cual se logra a través del análisis de suelo para identificar los nutrientes y factores químicos que puedan limitar el crecimiento de los cultivos. Esto permite dirigir la fertilización de manera más eficiente y sostenible, permitiendo que los cultivos expresen su máximo potencial productivo.

En este contexto, PHERTICAL-Fertilizantes Minerales ofrece una línea completa de productos personalizados con la adición de macro y micronutrientes en cantidades adecuadas para satisfacer las necesidades nutricionales específicas de los cultivos.

Por ende, Edward Peña, ingeniero agrónomo experto en fertilidad del suelo, compartió su visión sobre los suelos en la Chiquitania y ofreció su perspectiva sobre cómo corregir sus deficiencias.

  “Los suelos en la Chiquitania, son suelos que tienen una cierta acidez que hay que corregirlas, no en toda el área, pero hay un buen porcentaje de las áreas agrícolas que necesitan corrección con calcáreo, ya sea una calcita, cal magnesiana o una cal dolomítica”

Corrección de suelo

Pertenecientes al escudo precámbrico, estos suelos se originan a partir de la roca madre. Son conocidos por su tonalidad rojiza y se caracterizan por tener un pH ligeramente ácido. Sin embargo, en su mayoría, no presentan niveles altos de aluminio.

“Los suelos en la Chiquitania, son suelos que tienen una cierta acidez que hay que corregirlas, no en toda el área, pero hay un buen porcentaje de las áreas agrícolas que necesitan corrección con calcáreo, ya sea una calcita, cal magnesiana o una cal dolomítica”, señaló.

Permitirá elevar el pH, mejorar la saturación de base y crear condiciones óptimas en el suelo para la disponibilidad de nutrientes como fósforo, azufre y potasio, los cuales estarán en entornos más favorables tras las correcciones necesarias.

Además, el aumento del pH favorecerá el desarrollo de microorganismos beneficiosos para el suelo, lo que a su vez promoverá un crecimiento más vigoroso de los cultivos, adaptándose de manera óptima a las exigencias específicas de cada uno.

No obstante, es esencial realizar un análisis de suelo previo para determinar si se requiere alguna corrección y para identificar las áreas que necesitan mayor atención que otras. Este análisis proporcionará información precisa sobre la cantidad de calcáreo necesaria para aplicar en cada área específica.

Nutrientes

Estos suelos se caracterizan por presentar niveles medio a bajo de materia orgánica y niveles bajos de nitrógeno. Con este panorama, si el agricultor busca obtener un maíz con alto potencial productivo, será necesario fertilizar utilizando fuentes nitrogenadas.

Fósforo

El fósforo es un macroelemento esencial para el crecimiento de los cultivos, ya que sirve como fuente energética para la planta y es fundamental para el desarrollo radicular y vegetativo. 

Es importante destacar que en los suelos de la Chiquitania, el fósforo suele ser deficiente y se requiere la aplicación de fuentes fosfatadas para lograr altos rendimientos. En caso contrario, especialmente en el cultivo de maíz, la deficiencia de fósforo en el suelo puede tener un impacto significativo y negativo en su desarrollo.

Potasio

Otro elemento que suele ser escaso en la mayoría de los suelos de la Chiquitania es el potasio. Para contrarrestar esta deficiencia, se requiere la aplicación de aproximadamente entre 30 a 70 kilos de cloruro de potasio por hectárea.

El potasio desempeña diversas funciones en las plantas, incluida la mejora de la estructura celular y la formación de paredes celulares más gruesas. Esto confiere una mayor resistencia a las enfermedades y reduce los efectos negativos del estrés hídrico en los cultivos.

Además, la combinación adecuada de potasio y boro es crucial para obtener un buen rendimiento tanto en el cultivo de la soya como en el maíz. Esta combinación se aplica generalmente entre los 15 y 20 días posteriores a la siembra, lo que contribuye al desarrollo óptimo de las plantas y a la producción de cultivos saludables y productivos.

Micronutrientes

El boro y el zinc también son elementos que suelen escasear en la mayoría de los suelos de la Chiquitania. Estos microelementos pueden ser aplicados mediante fertilización foliar. Sin embargo, La Calera recomienda su aplicación conjuntamente con el calcáreo, el yeso agrícola u otro formulado que contenga una base nutricional adecuada.

Además, Peña mencionó que la Chiquitania cuenta con un clima muy favorable, caracterizado por un régimen de lluvias bien distribuido y la ausencia prácticamente de períodos de sequía prolongados, lo cual contrasta con la situación en el este de Santa Cruz, donde los largos veranos complican y disminuyen la productividad.

A pesar de estas condiciones climáticas favorables, es necesario generar cobertura vegetal, fomentar el desarrollo de raíces y aumentar los niveles de materia orgánica en el suelo. Esto permitirá almacenar una mayor cantidad de agua y facilitará un reciclaje de nutrientes más eficiente, contribuyendo así a mejorar la productividad agrícola en la región.

Suelos propiedad La Morita

Los suelos de la propiedad La Morita tienen una antigüedad de aproximadamente tres a cuatro años en cuanto a su uso agrícola. Se pueden considerar relativamente nuevos en términos de actividad agrícola. En cuanto a su textura, presentan una combinación de franco arcilloso arenoso y franco arenoso, lo que significa que contienen alrededor del 55 % de arena en su composición.

Además, estos suelos se caracterizan por ser semi ondulados, lo que subraya la necesidad de implementar prácticas de siembra directa para su manejo adecuado. En este sentido, es fundamental mantener una cobertura abundante de rastrojo para prevenir la erosión hídrica y garantizar que el suelo permanezca completamente cubierto.

 Esta cobertura vegetal contribuirá a un uso eficiente del agua y a la conservación del suelo.

Peña destacó que aproximadamente el 60% de los suelos en La Morita probablemente requieren corrección mediante la aplicación de calcáreo dolomítico, con una dosis promedio de 1200 kilos por hectárea, junto con 200 kilos de yeso agrícola, azufre, cloruro de potasio y fosfato pentóxido. 

Estos elementos pueden aplicarse tanto en la línea de siembra para cultivos como la soya o el maíz. Por otro lado, el restante 30% de los suelos presenta un pH neutro y una buena saturación de base, lo que indica condiciones más favorables para el cultivo.

 

El agrónomo subrayó que este campo posee un excelente potencial agrícola, con un régimen de lluvias que alcanza los 1200 milímetros de precipitación anual, concentrada principalmente durante el verano.

Asimismo, el profesional enfatizó el potencial del área para el cultivo de soya, con rendimientos superiores a las 3.5 toneladas por hectárea.

Una vez más, recalca la importancia del análisis de suelo para los productores agrícolas. Este diagnóstico es fundamental para determinar si el suelo requiere correcciones mediante la aplicación de calcáreo y para identificar los sectores que necesitan ajustes. Además, permite planificar la aplicación de cal y fertilizantes basados en fósforo de manera precisa y eficiente.

 

Fuente: Publiagro