Al volátil mercado climático sudamericano se sumó hoy una revitalizada entrada de dinero desde el influyente sector de los fondos de inversión que opera en la Bolsa de Chicago. Este combo generó subas del 3,4% para los precios del maíz y del 2,6% para las cotizaciones de la soja, producto este último que volvió a superar la barrera de los 500 dólares por tonelada.
En detalle, las pizarras del mercado estadounidense mostraron alzas de US$7,97 y de 7,28 sobre los contratos marzo y mayo del maíz, cuyos ajustes coincidieron en 239,95 dólares por tonelada. Según reportes privados, durante la rueda los fondos de inversión compraron 30.000 contratos del cereal, equivalentes a poco más de 3,8 millones de toneladas.
Respecto de la soja, las posiciones enero y marzo subieron US$12,77 y 12,59, al terminar la jornada con ajustes de 506,60 y de 510,65 dólares por tonelada. Los especuladores se hicieron de unos 25.000 contratos de la oleaginosa, equivalentes a 3,4 millones de toneladas.
El tiempo seco en América del Sur volvió a ser hoy el tema de discusión entre los operadores. En lo que respecta al maíz, el sur de Brasil es el punto de atención porque allí se concentra cerca del 50% de la superficie sembrada con el grano de verano, que constituye la primera de las tres cosechas anuales del país. En diciembre la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Agricultura de Brasil, estimó la primera cosecha en 29,07 millones de toneladas, un volumen que hoy es previsto por los privados en un rango que va de 24 a 26 millones.
La segunda cosecha brasileña, usualmente denominada safrinha, comienza con las siembras de los lotes que va liberando la soja, por lo que será necesario que Paraná, Santa Catarina, Rio Grande do Sul e, incluso, Mato Grosso do Sul, repongan humedad para sostener una expectativa de producción que la Conab prevé en 86,26 millones de toneladas.
“Para el maíz todavía estimamos una producción total récord en Brasil, de 117,50 millones de toneladas, ya que las perspectivas continúan siendo favorables para que la safrinha resulte la más grande de la serie histórica, con 89 millones de toneladas”, dijo a LA NACION Ana Luiza Lodi, analista de mercados de la filial brasileña de StoneX. Vale destacar que la nueva proyección total de esta firma estadounidense se ubicó por debajo de los 120,10 millones del mes pasado. Según Lodi, esa diferencia respondió “al clima seco, que provocó recortes en la producción en los Estados del sur del país”.
Y respecto de la Argentina, ayer la Bolsa de Comercio de Rosario, a través de la Guía Estratégica para el Agro, advirtió que el maíz de primera está muy comprometido, sobre todo los de las fechas de siembras más tardías en gran parte de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y de Buenos Aires. “En la franja este del país ya se confirma pérdidas de lotes y daños en rindes que van del 20 al 40 por ciento”.
Brasil y la Argentina son los dos principales competidores de Estados Unidos en el mercado de exportación, por eso, lo que sucede en ambos países tiene una rápida repercusión sobre los valores del cereal en Chicago. En su informe de diciembre, el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, por sus siglas en inglés) estimó las cosechas de Brasil y de la Argentina en 118 y en 54,50 millones de toneladas, mientras que sus exportaciones fueron proyectadas en 43 y en 39 millones, respectivamente. Hoy la falta de humedad y la especulación alientan la suba de los precios, en función de la previsión de una menor oferta. Pero si se registrara un cambio en el patrón climático hacia condiciones más húmedas o si los cultivos demostraran una mayor tolerancia al déficit hídrico, algo que, por ejemplo, sucedió en esta misma campaña en Estados Unidos, el mercado podría ver una caída de las cotizaciones.