Planta de Úrea solo operó al 8% de su potencial

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Desde que se inauguró, en septiembre de 2017, hasta la fecha, la Planta de Amoniaco y Úrea de Bulo Bulo sólo operó al 8% de su capacidad instalada, lo que generó pérdidas que fueron asumidas por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), manifestó ayer el ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora.

“El primer dato que salta a la vista es que desde su inicio hasta la fecha operó a un promedio de un 7% y 8% de su capacidad montada. ¿Qué industria puede generar utilidades si opera a ese nivel?”, cuestionó la autoridad.

Sobre las posibles fallas y sobreprecios, el Gobierno de Corea del Sur, en representación de la firma que instaló la planta, solicitó esperar el informe final de la auditoría, que se inició esta semana, para ver en qué situación se encuentra la factoría; el proceso concluirá en un par de meses.

La autoridad remarcó que los problemas por los que atraviesa el complejo van desde su ubicación, su mal funcionamiento y que su operación sólo genera pérdidas millonarias, una serie de falencias que obligan a YPFB a subvencionar cifras rojas.

“Hoy se inicia la auditoría de la planta, no es un tema sencillo. Incluso nos hemos reunido con representantes consulares y el embajador de Corea (del Sur), que pidieron que esa auditoría corra porque se involucra a una empresa coreana como Samsung, quienes con mucha razón dijeron que antes de que se hable sobre el tema de precios, sobreprecios y otros, se haga una auditoría para ver cuál es la realidad”, afirmó el ministro.

Asimismo, Zamora cuestionó que en la zona donde se ubica la planta hay un grupo de personas que, cuando tienen alguna demanda, como medida de presión bloquean la factoría, otro hecho que afecta su funcionamiento.

En su criterio, no se puede sostener una empresa que registra pérdidas, pero tampoco olvidar que para la instalación de la planta se destinaron más de 900 millones de dólares, por lo que la auditoría despejará las dudas.

Además de la auditoría, se hará otro estudio que planteará una reingeniería de Bulo Bulo, para ver cómo reactivarla.

En septiembre de 2017, el gobierno del MAS inauguró la Planta de Amoniaco y Úrea. Por entonces aseguró que con esa factoría se iniciaba la era de la industrialización del gas natural.

La planta fue construida para una capacidad de producción diaria de 2.100 toneladas métricas de úrea granulada, que daban un total de 750 mil toneladas anuales de fertilizante.

Con un crédito otorgado por el Banco Central de Bolivia, la petrolera estatal destinó unos 950 millones de dólares a la construcción de la planta y las obras complementarias del complejo de Bulo Bulo, trabajo que fue ejecutado por la firma surcoreana Samsung Engineering Co. Ltda.

Después de varias paralizaciones y luego del proceso de “asentamiento”, a principios de enero, YPFB decidió parar de forma indefinida las operaciones de producción de fertilizantes, debido a que tiene un sobrestock en sus almacenes y no cuenta con mercados para acomodar la úrea.

Los contratos de venta
Zamora agregó que después de un análisis de por qué el precio del fertilizante es más caro en el mercado interno con relación con el que se enviaba a Cuba, se determinó anular ese contrato.
Los representantes de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) también cuestionaron los precios “preferenciales” que se dieron a una compañía cubana.

“Respecto al contrato que se tiene con Cuba, ¿cuál es la realidad del mismo?, ¿qué pasó con la entrega de 20.000 toneladas métricas? El carácter de este tratado tenía el fin de afectar los intereses económicos del país, principalmente de los productores del mercado interno, por lo que estos elementos conducen a la posibilidad de anular”, declaró.

Sobre el hecho de que esta anulación de acuerdo signifique una multa para el Estado boliviano, el ministro descartó cualquier acción parecida, debido a que hubo incumplimiento en el pago del primer stock entregado a ese mercado, de 6.000 toneladas.

Argentina adeuda a Bolivia por el gas
El ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, afirmó ayer que Argentina tiene una deuda con Bolivia por el gas que recibe, aunque no precisó el monto.

“Argentina no ha modificado nada todavía, sigue con el contrato firme; hay deudas de Argentina hacia Bolivia, saben que eso es muy delicado y hay que analizarlo para que la relación no se distancie”, informó la autoridad.

En su criterio, las diferencias políticas que tienen los mandatarios, tanto de Bolivia como de Argentina no deberían influir en la relación económica que se tiene.

Afirmó que el país vecino necesita el gas boliviano y ahora el Gobierno tiene la posibilidad de negociar las nuevas condiciones de venta.

“Hay muchas reuniones pendientes de los comités de gerencias”, dijo Zamora.

En la actualidad, Argentina demanda 10 millones de metros cúbicos (MMmcd) de gas boliviano en época de verano y hasta 18 MMmcd cuando es temporada invernal.

 

Fuente: Periódico Página Siete