En ese predio tiene cortina rompevientos, una área de protección del río y una zona protegida donde hay plantas de tacuara

Carlos Silvestre (der) estuvo en el día de campo organizado por MDO. Foto: Publiagro
La cosecha de la soya sembrada en Tacuaral comenzará en 10 días. Foto: Carlos Silvestre

Carlos Silvestre llegó hace 30 años a Bolivia con la curiosidad de conocer tierras aptas para la producción agrícola, porque los terrenos calcáreos que caracterizan al Estado de Paraná -de donde es oriundo- limitan ese tipo de trabajo.

Otro aspecto que le impactó fueron los ciudadanos bolivianos que conoció en nuestro país, quienes le dieron un buen recibimiento y ahora es uno de los principales productores de soya en la localidad de El Puente, que pertenece a la comunidad agraria San Julián.

Pero Silvestre se destaca más en esa región porque su actividad agrícola -dispersa en 800 hectáreas- la combina con el cuidado del medio ambiente que es la base para una agricultura sostenible.

Carlos Silvestre, agricultor de la localidad El Puente

“Mi propiedad es una de las pocas que tiene cortina rompeviento de 100 metros y tenemos protección del río porque no desmontamos ni un metro en ese sector. Allí mantenemos una faja boscosa de unos 300 metros y eso nos genera un equilibrio ecológico”

“Mi propiedad es una de las pocas que tiene cortina rompeviento de 100 metros y tenemos protección del río porque no desmontamos ni un metro en ese sector. Allí mantenemos una faja boscosa de unos 300 metros y eso nos genera un equilibrio ecológico”, dijo Silvestre.

Y cuando siembra maíz deja un margen de 20 metros con el cultivo sin cosechar en la orilla de la cortina, para que se alimenten los chanchos de monte, monos, loros y otros animales que se encuentran allí.

Nombre del predio

Silvestre decidió poner el nombre de Tacuaral a su propiedad porque allí había muchas plantas de tacuara, especie de bambú de cañas huecas, leñosas y resistentes, que alcanzan los doce metros de altura.

En la actualidad tiene un área protegida con esas plantas gramíneas que se caracterizan por su rusticidad, aspecto con el que se identifica el protagonista de esta historia productiva.

Experiencia negativa

En la actual campaña de verano comentó que aparecieron muchas plagas en su zona debido a la temperatura alta y la sequía. Eso no le permitió aplicar los pesticidas en el momento exacto porque había las condiciones óptimas para fumigar.

“El tema del clima nos perjudicó mucho, tuvimos que hacer aplicaciones fuera de su tiempo, el veneno no tuvo la eficiencia que necesitaba. Mi chaco quedó con un poco de maleza, ácaros y el cultivo de la soya afectado por la roya”, manifestó.

Por ese motivo se sumó al pedido de los sectores productivos para que las autoridades nacionales autoricen el uso de la biotecnología, que permita trabajar con una variedad de soya con más rusticidad que soporte el ataque de plagas, malezas y enfermedades.

 

Fuente: Publiagro