Se trata de un desarrollo de NK Semillas y apunta a que, cada vez más, los productores buscan opciones adaptables a sus lotes a través de servicios y herramientas digitales

En cada inicio de la siembra de maíz los productores buscan mejorar el manejo agronómico dentro del lote para maximizar el rendimiento planificado. Cada vez más apuntan a opciones adaptables a sus lotes a través de servicios y herramientas digitales que ayuden a amortiguar el impacto de un ambiente productivo más aleatorio y cambiante.

Para superar esas expectativas de rendimiento, NK Semillas recomienda evaluar el índice ambiental antes de la siembra o la expectativa de rinde del lote a sembrar. Según dicen, para ello, se puede usar una de las herramientas digitales que ofrece la marca, como sistema NK, que cuenta con un predictor de IA, donde luego se puede ajustar la densidad óptima de cada híbrido a esa condición particular.

Para aquellos productores que cuenten con tecnología de siembra variable, se recomienda utilizar la herramienta de ambientación y prescripción de manejo variable que permite el uso eficiente de los insumos (semilla y nitrógeno) dentro del lote para mejorar los beneficios, reducir costos y mitigar riesgos productivos.

“Estas herramientas son un servicio disponible para todos los usuarios que eligen la marca. Para aquellos productores que cuenten con la tecnología que permita hacer ese manejo variable, el servicio ofrece la división del lote en distintas zonas productivas (ambientación) y luego recomienda la densidad óptima económica para cada uno de esos ambientes más el requerimiento de nitrógeno absorbido para alcanzar los rendimientos calculados. De todas formas, si el productor no cuenta con la tecnología, se lleva una recomendación precisa de la densidad y el nitrógeno para la expectativa de rendimiento del lote a sembrar”, describe Andrés Caggiano, gerente de Desarrollo de Producto de la empresa.

En este sentido, indican que dicha recomendación de manejo es útil en aquellos lotes que tienen gran variabilidad ambiental como, por ejemplo, tener lotes bien marcados por una loma profunda de buena calidad ambiental, bajos salinos o lomas arenosas donde, por lo general, las expectativas de rendimiento son menores por su baja capacidad de almacenar agua:

“Así el productor podrá reconocer las limitantes dentro de su lote y hacer un uso más eficiente de los recursos bajando la cantidad de semillas, o en las partes donde el lote consigue gran potencial, subir la cantidad de semillas y ajustar el nivel de nitrógeno”.

El buen manejo variable del cultivo de maíz puede resumirse en funciones claves o pasos a seguir para que las tomas de decisiones en el lote permitan ahorrar insumos y potenciar rendimientos.

Elección del maíz e identificar el potencial de rinde del lote

Para aprovechar al máximo la compra de las semillas en cada campaña, y saber cuánto puede rendir un hibrido NK, se da un primer dato de rendimiento a nivel lote usando el predictor de Índice Ambiental, donde se accede a datos como textura y profundidad del suelo, el nivel de agua útil antes de la siembra y el año climático (por ejemplo: si será año Niña, año Niño o pronóstico neutro), se puede conocer cuánto rendirá el hibrido en zona a través de modelos predictivos que cuentan con el acceso a datos climáticos registrados de más de 40 años.

“Así el productor podrá reconocer las limitantes dentro de su lote y hacer un uso más eficiente de los recursos bajando la cantidad de semillas, o en las partes donde el lote consigue gran potencial, subir la cantidad de semillas y ajustar el nivel de nitrógeno”

Ambientación del lote y manejo de densidad

En base a imágenes satelitales, y otras capas de información, se realiza una ambientación del lote y se identifican las diferentes zonas de manejo. Al rendimiento estimado, la herramienta de manejo recomienda la densidad óptima biológica, la densidad óptima económica y una fertilización nitrogenada para cada ambiente productivo.

“En este sentido, el productor accede a un archivo sharefire en un pendrive que puede conectarlo a la maquinaria y sembrar la densidad óptima según ambiente y el nitrógeno necesario para obtener los rendimientos calculados. La respuesta de la densidad del maíz es de tipo óptima, es decir, el maíz llega a un punto óptimo por encima y por debajo del cual se pierde rendimiento. Entonces, la herramienta brinda la densidad óptima biológica que maximiza el rendimiento y el beneficio económico”, agrega Caggiano.

Vale aclarar que la herramienta suma una actualización con la estimación fenológica lo que permitirá el seguimiento de los estados del cultivo una vez sembrado el híbrido. Por ejemplo: se podrá calcular cuándo cae la floración, cuál es el momento de período crítico del cultivo de maíz o el momento de madurez fisiológica.

Uso específico del nitrógeno

La herramienta también brinda una recomendación de nitrógeno para los híbridos del portafolio de la empresa. Para dar esta recomendación, se diseñó una red de ensayos específicos distribuidos por todo el país donde se expuso a estos híbridos a siete niveles de fertilización nitrogenada que va desde 0 a 300 kg N/ha, con saltos de dosis de 50 kg y bajo dos niveles de densidad: de 6 y 10 pl/m², esto permitió desarrollar un modelo específico de nitrógeno absorbido.

Por ejemplo: si las expectativas de rendimiento que tiene el productor de maíz son de 12.000 kg/ha. Para llegar a ese rendimiento esperado, el nuevo híbrido NK 835 Viptera3 necesita 193 Kg/ha de nitrógeno que debe absorber del sistema, ya sea de lo disponible en el suelo al momento de la siembra o con la aplicación de fertilizante.

“La herramienta de manejo variable opta por usar un modelo de eficiencia de uso de nitrógeno que se ajusta a cualquier híbrido de la marca”, indica Caggiano.

De esta manera, la herramienta de manejo variable puede recomendar un nivel de nitrógeno para cada ambiente en el que se encuentre trabajando el productor, es decir, que la herramienta también relaciona el rendimiento de los híbridos de maíz y su consumo de N absorbido.

Es una alternativa tecnológica disponible para identificar y delimitar los distintos ambientes productivos presentes en un lote y elaborar la mejor recomendación de siembra variable para cada uno de ellos.

Fuente: La Nación