OMS: Carne de ganado genéticamente modificada no es nociva a la salud

0
2667
Foto: Fegasacruz

Los avances científicos con la técnica de la ingeniería genética han sido muy rápidos y han permitido crear nuevas razas de animales que engorden más con menos comida, que crecen más rápido con mayor producción de carne. Sin embargo, hay miedo por lo desconocido y existen muchos mitos al respecto. La OMS, por su parte, garantiza que luego de estudios comprobaron que el consumo de carne genéticamente modificada no causa problemas a la salud.

Desarrollar ganado musculoso con abundante carne mediante la aplicación de la ingeniería genética es algo que surgió como una alternativa para aumentar la producción y por ende aportar a los productores pecuarios altas ganancias. Ya este método cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha asegurado, previos estudios, que el consumo de esas proteínas no causa daños a la salud humana. 

La ingeniería genética es la encargada de la manipulación de los genes en la agricultura y la ganadería. Modifica algunos genes de especies o animales de granja para producir mejores características alimenticias o mejorar la producción por razones comerciales. Son los llamados alimentos transgénicos.

Un interesante estudio publicado en el blog digital B2BIO presenta los últimos adelantos que se han tomado para tratar de lograr beneficios en temas específicos como lo es la alimentación.

Sostienen los especialistas del citado blog, que las técnicas de ingeniería genética en ganadería están aún por desarrollar y generan polémica, sobre todo por parte de las protectoras de los derechos de los animales.

Debido a que se pretende crear nuevas razas de animales que engorden más con menos comida, de crecimiento más rápido, con mayor producción de leche o carnes con menos grasas, etc. La mayor polémica proviene de la clonación de la famosa oveja Dolly en 1997.

¿Es la manipulación genética en alimentación un peligro para la salud?

El estudio refiere que existen muchas dudas en general sobre las consecuencias para la salud de consumir productos manipulados por la ingeniería genética. También existe el normal miedo a lo desconocido en el ser humano lo que ha facilitado la introducción de muchos mitos al respecto.

OMS asegura que no hay peligro

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que los alimentos genéticamente manipulados actualmente disponibles en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de riesgo y no es probable que presenten riesgos para la salud humana. 

Además considera que no se han demostrado efectos negativos sobre la salud humana como resultado del consumo de dichos alimentos por la población general en los países donde fueron aprobados.

Crecen las dudas

En otro trabajo difundido en el portal digital del canal DW se explica que muchos animales a los que se le aplicó la ingeniería genética murieron inmediatamente después de nacer debido a su alta susceptibilidad al estrés o por hernias umbilicales. 

Y como el gen muscular afecta a todo el cuerpo, algunos animales tenían la lengua extremadamente agrandada, y otras vértebras adicionales. 

En Europa, los animales modificados genéticamente no están autorizados para el consumo, pero John Dupré supone que esto podría ocurrir en Gran Bretaña dentro de unos años. 

Al mismo tiempo, advierte que el aumento de la producción de animales modificados genéticamente también podría conducir a un mayor consumo de carne. 

Los científicos llevan mucho tiempo señalando que, en particular, las personas en los países industrializados deberían comer menos carne en general por razones de salud y de sostenibilidad.

Los problemas que genera el ganado

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). mediante estudios asegura que la ganadería genera el 14,5 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. 

La producción de leche y carne con el ganado vacuno por sí sola causa más del nueve por ciento del total de las emisiones producidas por el hombre. En el foco está especialmente el gas metano, que se produce durante la digestión de los alimentos de origen vegetal.

De las emisiones de metano se conoce que alrededor del 20 por ciento de esas emisiones provienen de las vacas están controladas genéticamente. 

Pronto, se asegura, será «fácil» optimizar las emisiones de metano con la ayuda de la ingeniería genética, según la Fundación de Tecnologías de la Información e Innovación de Estados Unidos. Pero aún no se ha logrado ese avance.

Una raza de ovejas criadas recientemente en Nueva Zelanda ya emite un 13 por ciento menos de metano en comparación a las  ovejas actuales. 

Los criadores han calculado que si las 25 millones de ovejas de Nueva Zelanda se sustituyeran por esta raza, se podrían reducir las emisiones de metano de la industria ovina hasta en un uno por ciento.

Fuente: DW / Blog B2BIO

Redacción: Publiagro