Jorge Amantegui, presidente de la Cámara de la Agroindustria Boliviana (Caniob), dio a conocer importantes aspectos sobre el desarrollo y la situación actual de la agroindustria boliviana.
El dirigente Jorge Amentegui, presidente de la Cámara de la Agroindustria Boliviana (Caniob), está convencido en que lamentablemente se han derogado varios decretos sobre los transgénicos que afectan a todo el sector agropecuario del país y que, en el caso de la soya, podrían aportarle al país hasta 1.200 millones de dólares
A través de Publiagro Noticias, principal portal de la información de la industria agropecuaria en el país que se transmite vía Facebook Live, el entrevistado se refiere de entrada al tema de los transgénicos, así como el de la banda de precios de la harina de soya que se aplica en el país para la venta en el mercado interno tienen un impacto fuerte en la industria oleaginosa.
Señaló además las diferencias que se plantearon con el gobierno interino de Jeanine Añez y el actual del presidente Luis Arce en torno al enfoque que tiene su industria en especial.
La nueva banda de precios, regulación de precios de derivados, abrogación del decreto del uso de transgénicos y otros decretos ¿están afectando a la agricultura nacional?. ¿Cree usted que ya se acabó esa avalancha que ha frenado la industria agrícola nacional?
El ejecutivo asegura que estaban muy expectantes en cuanto a lo que se podía realizar con la biotecnología para el mejoramiento genético, las semillas mejoradas genéticamente, porque necesitan que haya un incremento en la producción de grano de soya y además porque eso beneficia a toda la cadena del agro y hasta el propio Estado.
«Nuestra materia prima produce en las dos cosechas unos tres millones de toneladas y tenemos una capacidad de molienda instalada de 2.800.000 toneladas, es decir casi dos millones más de lo que se produce en el país. Por ello operamos al 60% de la capacidad con todo y los costos que eso implica».
La producción actual de la exportación de la industria oleaginosa nacional hacia el mercado de exportación está por el orden de los 900 millones de toneladas y a ese respecto el entrevistado considera que pueden llegar a los 1.200 millones de dólares.
«Ese ingreso de divisas, de dinero para el Estado boliviano, es muy importante y eso que estamos operando al 60%. Si pudiésemos operar al 90% de nuestra capacidad podríamos aumentar entre 400 a 500 millones de dólares más los ingresos de divisas por exportaciones».
Sostiene que esos montos sirven para reactivar la economía porque tendrían un impacto tremendo muy importante.
Un tiro en el pie
«Lamentablemente, pareciera que nos damos un tiro en el pie porque el hecho de abrogar esos decretos que permitían acelerar los análisis para ver si podíamos implementar la biotecnología harán que nuestras expectativas tanto del sector primario como las nuestras, los agroindustriales, se extiendan a lo largo del tiempo.
La banda de precios y los cupos
Fue claro en manifestar que en el gobierno de Jeanine Añez se había liberado el mercado al dejar a la libre oferta y demanda, mientras que con el Gobierno actual se volvió a establecer la banda de precios y los cupos que estaban vigentes desde el 2008 en adelante.
«Ahora tenemos un precio fijado por el Gobierno para la harina solvente de soya que quedó establecido en 123 dólares la tonelada, precio que rige desde el primero de enero hasta el 30 de junio y a partir de esta fecha sale una nueva resolución ministerial que va a determinar el nuevo precio del grano», recalcó el dirigente.
Precisa que en la actualidad están sacando el tema de los precios para la compra de grano y esa información que el Gobierno recaba servirá para establecer el precio promedio que se paga por el grano en esta campaña y con ello se establecerá el precio de la nueva banda de la harina de soya para los próximos seis meses.
No tiene dudas en señalar que están regulados los precios, pero afirma que su sector está disconforme con estas medidas gubernamentales.
«Tenemos un diferencial de 150 dólares por tonelada que podríamos ganar exportando la harina al mercado internacional, pero estamos obligados a cubrir el mercado interno, aunque no debería ser con ese diferencial tan grande porque nos hace perder a nosotros como industria y aparte el mercado paralelo o de contrabando se beneficia ya que al existir esos diferenciales permite que salga a otros paises como es el caso del Perú».
¿Quién le suministra información al Gobierno para que pueda establecer el precio de la harina solvente de soya?
«Las industrias oleaginosas quincenalmente pasan la información de todas sus ventas y sus compras al Gobierno, además suministra las expectativas de compra, así como de los precios. Con esa información el Gobierno la procesa y con una fórmula que tiene ya establecida le coloca el precio promedio del grano para la venta al mercado interno».
Está consciente en que en la actualidad los precios del grano a nivel internacional se encuentran bien elevados y por ende señala que la industria tiene la esperanza de que se analice muy bien la fórmula para que se mejoren los precios de venta de la harina en el mercado interno.
El presidente de Caniob recalca que ese diferencial de 150 dólares por tonelada por la venta al mercado interno les perjudica como industria.
El precio de la soya puede subir para el último semestre del año a nivel internacional y esto podría ayudar a la industria.
«La industria oleaginosa al tener un precio fijo por seis meses no puede compensar nada con los precios del mercado internacional, ya que una vez que tenemos el precio fijado por ese período de tiempo no lo podemos compensar (cambiar) de ninguna manera».
En ese sentido argumenta que si se estable el precio a nivel internacional, entonces será mucho mejor y por ende ayudaría a la industria económicamente.
¿Han hablado con el Gobierno a los fines de rebajar el lapso de tiempo para la revisión de los precios del mercado interno, es decir de un semestre que sea cada tres meses o bimensual?
«Varias veces hemos hablado ese tema con las autoridades, pero pasa que el precio se cierra por campaña y eso se debe tomar en consideración. Ello indica que una vez cerrada la compra total del grano hasta la próxima siembra de cosecha no tenemos otro manejo de pago de grano».
A ese respecto indicó que por esa causa se toman los precios atendiendo a las dos cosechas, es decir la de siembra de verano y la de invierno que es más o menos de seis meses.
Los precios del grano a nivel internacional
Destaca el dirigente que los precios internacionales han sido muy buenos en los últimos meses, aunque aclaró que esos precios internacionales son solo un referente.
Explicó que no es solo tomar el llamado precio Chicago y bajarle los gastos de la logística, en virtud a que se deben agregar otras condiciones que hacen que ese precio varíe.
Así señala que lo que haga, por ejemplo, Estados Unidos, Brasil o Argentina con los precios, tiene una incidencia tremenda, Si se presenta humedad o sequía en esas naciones, esos factores inciden en los precios internacionales.
También está el caso de China que si compra una alta producción de harina solvente de soya también influye en el tema de los precios.
De igual manera, se agrega los precios del transporte para llevar los granos hasta los puertos desde donde sale la soya a los compradores internacionales, al igual que lo que se debe cancelar en esos puertos.
«El precio de referencia Chicago no establece en forma fija los costos, pues son muchas las variables que se tienen que atender para establecer la venta», recalcó el vocero.
No obstante, fue claro en manifestar que en estos meses los precios del mercado internacional han sido muy buenos y eso, por supuesto, han favorecido a la industria oleaginosa nacional.
Productores se han beneficiado
Considera que estos precios han permitido que el productor primario reciba un buen ingreso por sus cosechas y solo pide a que estos precios no se vengan a la baja porque señala que las industrias compran el grano y lo pagan con el referente internacional del día de hoy.
«Si se aprecia el precio que fija hoy Chicago de 541 dólares la tonelada se puede encontrar que en agosto puede estar en $ 491. Ello significa que lo compramos a un precio elevado, pero cuando vamos a vender ha descendido y por ende vamos a ir a pérdida».
Considera que el mercado internacional fluctúa entre el alza y la baja y estos vaivenes para la industria las estima perjudiciales «por cuanto ahorita tiene para la venta un precio alto muy bueno, pero puede bajar drásticamente en los próximos meses y eso nos afectara porque hemos comprado la materia prima cara».
Los productores de granos de soya medianos y chicos del país ¿entienden lo que usted está planteando?
«Es una situación muy difícil explicar estos aspectos a los medianos y a los productores chicos, porque normalmente lo que los productores entienden o le han hecho entender es que el precio que se establece es el de referencia de Chicago o Rosario y a eso descontarle lo que es el costo del transporte es lo que produce el precio».
Destaca que las variables son múltiples y no están al alcance de ellos y no dependen un flete, dependen de que si llovió o no llovió en un determinado lugar o también de que los chinos se levantaron con ganas de comprar más cantidad de soya.
También puede ocurrir que Estados Unidos por una cuestión de problemas con China restringe o le coloca aranceles a la soya y esas son variables que no están al alcance de los empresarios bolivianos y que evidentemente les cuesta a todos.
«Por esta causa es que el negocio de los commodities para las industrias es muy incierto por cuanto Bolivia no coloca los precios, sino que los toma del que colocan los grandes productores como Brasil, Estados Unidos o Argentina y hasta Paraguay que es más grande que nosotros».
Sostiene que los mercados son los mismos y los compradores igual, así la industria boliviana no puede llegar a imponer sus criterios por los gastos de logística a los compradores, porque de hacerlo se buscan otros vendedores.
Mejoran las conversaciones
¿Se puede decir que ya se acabaron los problemas con los productores que habían colocado barreras en las vías para impedir el transporte de los granos a los puertos de Arica en Chile?
«Hemos mejorado sustancialmente esos problemas. Hemos creado un comité de soluciones que opera actualmente desde que se impuso la nueva banda de precios. Allí participan representantes de las industrias, con Caniob, además por voceros del viceministerio de la mediana y gran empresa, por parte del Gobierno y por los sectores que están beneficiados por cupos».
Explicó que este comité tiene como función solucionar todos los impases que se presenten y cree que está funcionando muy bien para beneficio de todos los sectores.
Se refirió a los problemas que están soportando en estos momentos los ganaderos con respecto a la exportación del ganado al mercado internacional y señaló que igualmente la industria de la soya, en su caso, también sufre estas barreras que perjudican notablemente a las industrias que representa.
Recordó que las empresas que más pagan impuestos al país son las de la soya y ganadera, entre otras, y también las que generan empleos, además de promover la entrada de divisas muchas de ellas para las arcas del Estado y así todos los beneficios que tiene esta cadena.
Las industrias oleaginosas generan unos 400 millones de dólares a los productores para realizar las siembras y después las industrias para comprar ese grano tiene que financiarse con casi mil millones de dólares a la banca lo que demuestra según su criterio el que dinamizan la economía.
El sector transporte también se aprecia dinamizado al movilizar las zafras de las cosechas y hasta los que producen las llantas de los camiones salen beneficiados.
«Somos un pilar fundamental de la economía nacional porque exportamos nuestros rubros y por ende deberíamos ser impulsados o apuntalados a los fines de poder seguir apuntalando la economía nacional», dijo para concluir.
Fuente: Publiagro