Ganadería semi intensiva, una alternativa para proteger el medio ambiente en Ancasoro

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Con el pasar de los años el proyecto ha permitido conformar una caja de ahorro comunal donde todos los ingresos que se obtienen benefician directamente a la población.

En Charagua Iyambae, pobladores de la comunidad de San Francisco, han implementado el proyecto agropecuario denominado Ancasoro que hoy cuenta con más de 180 cabezas de ganado y beneficia a 69 familias de la región.

Santiago Antúnez, presidente interino de la comunidad de San Francisco explica que en Ancasoro se ha implementado una ganadería semiintensiva, amigable con el medio ambiente y que es una alternativa productiva que beneficia de muchas formas a la comunidad.

“Aquí se hace la ganadería semiintensiva. Para sobrevivir en el campo tenemos que criarnos animalitos, pero por el cambio climático nosotros hemos mecanizado el predio para hacer un manejo del ganado, más que todo cuidando el medio ambiente, porque con esta ganadería no necesitamos desmontar”, explica Antúnez.

Néstor Cuellar, director regional del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA Cordillera), institución que acompaña el proyecto desde hace varios años, refiere que este tipo de ganadería si bien necesita que se realice un manejo tecnificado de los animales, brinda mayores beneficios que la ganadería extensiva, que es cuando se deja el ganado a campo abierto.

“Una de las características de la ganadería semiintensiva es que emite menos emisiones de metano en relación a una extensiva que emite más del doble. El sistema de ganadería semiintensiva se realiza por rotación de potreros, clausura de montes y evita una mayor emisión de carbono. En el sistema extensivo se requieren al menos 14 hectáreas por unidad animal y en el semiintensivo cinco hectáreas solamente”, explica Cuellar.

Afirma también que la sostenibilidad de los ingresos familiares es mayor en la ganadería con manejo y que existe mayor capacidad de resiliencia ante los embates del cambio climático.

Una caja de ahorros para la familia y la comunidad

Antúnez refiere que este proyecto se realizó para conservar y proteger el territorio que en muchos años de lucha y sacrificios, los guaraníes lograron recuperar.

“Este proyecto ha sido histórico lo hemos hecho para defender nuestro territorio, hemos alambrado 1180 hectáreas. Nos ha costado como cuatro o cinco años encerrar todo”.

Además de cercar el área que corresponde al predio Ancasoro, e implementar un sistema de potreros para que el ganado pueda rotar, también se instalaron bebederos y atajados de agua y se realizó una evaluación sobre la forma de alimentación del ganado que suele ser por ramoneo, es decir arrancando las hojas de los árboles y silvopastura.

Con el pasar de los años el proyecto ha permitido conformar una caja de ahorro comunal donde todos los ingresos que se obtienen benefician directamente a la población.

“Este proyecto nos ayuda bastante en la educación y la salud, porque más antes cuando había una epidemia nosotros hemos buscado un torito y lo hemos vendido para comprar medicamentos. También sirve para el desayuno escolar de los niños y si alguien no tiene almuerzo aquí se hace charque”, explica Antúnez.

La autoridad refiere que además cuando alguna persona enferma de gravedad puede disponer del dinero ahorrado en la caja comunitaria. También se utiliza en casos de servicio funerario.

“Cuando una persona está mal le damos de la cajita 1.000 bolivianos para que se haga curar y si no hay plata en la caja, agarramos un torito lo vendemos y damos ese dinero. También sirve para un fallecimiento que haya”, dice Antúnez.

Convivencia en comunidad

Luis Sandoval, responsable de producción, explica que la comunidad se beneficia con la carne y distribuimos de acuerdo a los kilos que tenga el animal, otro de los beneficios también es la ordeña, les llevamos la leche a los niños para que ellos puedan beneficiarse de eso”, afirma.

El proyecto ha tenido un impacto positivo no solo a nivel económico productivo, sino también social, ya no hay deserción en las escuelas y existe menor migración.

Por otro lado los guaraníes de San Francisco han comenzado a revalorizar costumbres tradicionales como la minga que significa la cooperación entre todos. También conservan un estrecho vínculo con la naturaleza a la cual respetan.

“Hemos revalorizado al 100 % nuestras tradiciones, nosotros hacemos este tipo de crianza de ganado por no destruir nuestros bosques y practicamos a nivel comunidad programamos el trabajo, todo hacemos en conjunto por eso en el proyecto nos va bien”, refiere Antúnez.

Fuente: Agencia de Noticias Fides ANF