Este año el INIAF espera llegar a certificar 118 mil toneladas de semilla de más de 34 tipos de cultivos. Destaca los beneficios que trae el uso de este tipo de semillas para los productores. Por otra parte, esta entidad Estatal estima que el 44% de la superficie cultivada de Bolivia, se cultiva con semilla de uso propio y de contrabando.
Este año se espera que 118 mil toneladas de semillas, lleguen a ser certificadas por el Instituto Nacional de Innovación, Agropecuaria y Forestal (INIAF), registrando un crecimiento en volumen de 8%, respecto al 2017 cuando se certificó 109 millones de toneladas de este insumo que llego a beneficiar a productores de diversos cultivos. Por otra parte, se conformó una plataforma para luchar contra el contrabando de este insumo esencial para el agricultor, esperando reducir su comercialización y uso.
Carlos Osinaga, director General del INIAF, explicó que la utilización de semilla certificada es una de las formas principales de introducir tecnología e innovación al campo, ay que requiere un tratamiento de laboratorio y campo para coadyuvar e incrementar los rendimientos de la producción.
“En el ámbito de la certificación de semillas tenemos una proyección de llegar a las 118 mil toneladas de semilla certificada de más de 34 tipos de cultivo a nivel nacional, siendo las semillas de cultivos extensivos los que mayor participación tienen como por ejemplo la soya, papa, sorgo, trigo y maíz”, indicó el máximo ejecutivo del INIAF.
De cumplirse este objetivo el INIAF registraría un crecimiento del 8% (8.358 mil toneladas) respecto al 2017, cuando esta entidad llego a certificar 109.642 toneladas de semilla en todo el país.
Osinaga informó que existen más de 12 mil productores emprendedores semilleristas que trabajan de manera individual como en asociaciones, los cuales están registrados en la base de datos del INIAF para certificar su producción.
“Santa Cruz es el líder en producción de semilla, prácticamente estamos hablando de más de un 70% de la semilla certificada de diferentes cultivos se produce en este departamento”, destacó el director General del INIAF.
LUCHA CONTRA EL CONTRABANDO DE SEMILLA
Osinaga comentó que de las 3.6 millones de hectáreas que se cultivan en Bolivia, el 56% es la superficie que se siembra con semilla certificada, existiendo un 44% que se cultiva con semilla de uso propio y clandestina.
Para bajar la comercialización y uso de semilla de contrabando en el agro, esta entidad Estatal conjuntamente con los semilleristas, Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y la Aduana Nacional de Bolivia (ANB), conformaron una plataforma denominada ‘Sistema Nacional de Semilla’ para luchar contra el ingreso de este insumo por la vía del contrabando, fortaleciendo los puntos de control con mayor logística y personal idóneo.
“El tema del contrabando de semilla, es una lacra que va en desmedro de la economía del país, la sostenibilidad productiva que tienen los suelos agrícolas y perjudica de sobremanera las iniciativas de emprendimiento de semilleristas. Esto sin tomar en cuenta que el productor que las usa, por ahorrarse supuestamente unos pesos corre el riesgo de decrecer en su productividad, ya que la germinación de esta semilla no es garantizada, puede ser altamente propensa a enfermedades y puede estar contaminada”, dijo el máximo ejecutivo del INIAF.
Osinaga apuntó que en la zona oriental la semilla que ingresa de contrabando proviene de Argentina y Brasil, mientras que en el occidente este insumo ilegal llega del Perú, siendo generalmente semillas de hortalizas y tubérculo (papa).
“Nosotros el año pasado hemos incinerado de más de 14 toneladas de semilla de contrabando de diferentes rubros entre hortalizas, sorgo, maíz y soya. Cuando hacemos el decomiso debemos cumplir un proceso administrativo para que esa semilla sea destruida como establece la norma nacional de semilla”, manifestó Osinaga, al acotar que Montero es uno de los municipios identificados, donde algunas tiendas de insumos agrícolas comercializan ilegalmente semilla y plaguicidas de contrabando.
Fuente: Publiagro