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Gerente de la estatal afirma que los que fueron desvinculados no están dentro de la Ley del Trabajo y que eran personal eventual.
Un grupo de 40 exfuncionarios de la Empresa Boliviana de Alimentos (EBA) denunció que fueron despedidos de la empresa en plena cuarentena por la pandemia del coronavirus y que no se respetaron las normas. Al respecto, desde la gerencia aseguraron que no se vulneró ninguna norma y que no podían seguir manteniendo “supernumerarios”.
“Hubo un alejamiento de algunas personas y eso se ha hecho tras una evaluación que hizo cada gerente, de acuerdo a la nueva estructura que se está elaborando. EBA tiene un personal eventual, partida 121, que estaba generando un supernumerario; además que hemos tenido una reducción en nuestros ingresos a causa de la pandemia”, afirmó Fabiola Leiva, gerenta de la estatal.
Sobre el corte económico dijo que su principal fuente de financiamiento, que es la provisión de alimentos al Sedem para el subsidio, se redujo del 70% a un 20% a causa de la cuarentena por el coronavirus y ahora planifican la venta directa de lo que producen en sus 18 plantas, que están en diferentes lugares del país.
“Se ha podido solventar a la mayor cantidad de gente, en EBA se tienen 1.000 trabajadores (operativos y administrativos) y es complicado mantenerlos. Si bien hay una norma que señala que no se puede despedir a los empleados, pero eso rige para los que están en la Ley General del Trabajo, no es para los funcionarios públicos que se rigen por la Ley 1178, sino son de la partida 121, que refiere que se puede prescindir de ellos en cualquier momento y de acuerdo a la necesidad”, afirmó.
No obstante, también argumentó que en muchos de los casos los exfuncionarios no cumplían con el perfil profesional en el área que ocupaban.
Incluso descartó que la desvinculación laboral haya sido una actuación política, ya que el 100% del personal de EBA fue contratado en la anterior gestión.
“Es una reducción de acuerdo a la necesidad de la empresa. Es una empresa pública que está creada para el servicio y para fortalecer al pequeño productor, que es el que debemos priorizar, si no, no habrá con qué cubrir los pagos de los productores de lácteos, de miel, entre otros”, afirmó Leiva.
Ante las denuncias de que ocupa el cargo por favoritismo y por tener un parentesco con la presidenta Jeanine Añez, ella aseguró que no es familiar de la mandataria y dijo que todo eso una “guerra sucia”.
Fuente: Página Siete