El suelo donde se realizan quemas y chaqueos intensos pierde sus nutrientes y provoca una compactación del suelo perdiendo agua y nitrógeno

Los suelos en Santa Cruz son, principalmente deficientes en nitrógenos, por lo que el cuidado de este elemento viene bien enlazado a la materia orgánica. Si no existe materia orgánica en el suelo, difícilmente se puede otorgar los requerimientos nutricionales de la planta referente a nitrógeno. Hay muchas formas de absorber y quitar los nutrientes de los suelos y una de ellas son las quemas y chaqueos.

Al momento de generar los chaqueos, que es un hábito muy común y utilizado para la eliminación del malojo del suelo, se provoca una disminución en el PH de la tierra y baja toda la población microbial de éste, las mismas que ayudan a la nitrificación y obviamente el nitrógeno se volatiliza provocando una pérdida bastante grande de nutrientes.

David García, técnico agrícola y productor de caña, informa que hace unos 5 años atrás se ha descubierto que los chaqueos intensivos y muy frecuentes provocan una compactación en el suelo, porque esto deja por lo menos un margen de 5 cm de profundidad sin agua, entonces al haber esta sequía las partículas quedan sueltas y empiezan a mirar a los nutrientes más profundos y esto genera un pie de arado.

“Son este tipo de cualidades que presenta un suelo que ha sido chaqueado durante muchos años generando una pérdida en la materia orgánica, afectando a la producción de nitrógenos y produciendo luego una compactación”, explicó el ingeniero García.

Recuperación del suelo luego de un chaqueo

Para recuperar estos suelos que han sido chaqueados intensamente, lo primero es tratar de fertilizar previamente todo el campo, evitar las quemas y adoptar prácticas más amigables con la producción.

“Uno de los precursores en adoptar estas prácticas amigables, imitadas de Brasil ha sido el CIPCA, cuyas prácticas consisten en dejar el malojo en ciertas cantidades de surcos y retirar de los otros con un implemento agrícola que ellos mismo han desarrollado, al dejar el malojo en ciertos surcos promueve el incremento de la población microbiana en el suelo evitando que el nitrógeno se volatilice y esto queda disponible para la planta”, informó el técnico.

García explica que, al año siguiente después de la cosecha se remueve a los surcos que quedaron descubiertos, al hacer esa rotación aumenta la materia orgánica y el nitrógeno se va incrementando, así el suelo mantiene su temperatura y consigue mayor cantidad de humedad, mayor cantidad de agua. Los nutrientes están listos para ser absorbidos y obviamente va evitar la compactación del suelo.

Esta práctica ha logrado rendimientos en la producción de hasta 40 toneladas por hectárea en el caso de la caña, y el caso de la soya, rendimiento de hasta más de 3 toneladas y media.

«Son este tipo de cualidades que presenta un suelo que ha sido chequeado durante muchos años generando una pérdida en la materia orgánica, afectando a la producción de nitrógenos y produciendo luego una compactación»

Agricultura siempre verde

Se ha visto como nueva tecnología adoptada por Brasil, “la agricultura siempre verde”, que consiste en la utilización de un tipo de cobertura para el suelo, ya sean de abonos verdes, cultivos de servicios, rotaciones de cultivos, lo que aumenta la proporción de agua en el suelo evitando la quema y así nos evitar también el control de las malezas intensivas con herbicidas, generando que el rendimiento del grano en esas zonas, supere las 4 toneladas y medias.

“Las quemas son totalmente perjudiciales, lo estamos viendo ahora mismo con la cantidad de humo en el ambiente que afecta a la fotosíntesis de la planta que está muy reducida por el humo que no deja pasar las horas correctas de luz del sol. Solamente habría que hacer un buen manejo del malojo, un buen manejo de todo lo que son los rastrojos del suelo y eso nos llevará a tener una buena temperatura en el suelo y mantener la humedad. Si nosotros hacemos una quema intensiva y por más superficial que sea, estamos matando el 25 al 50 % de los microorganismos de la capa superficial del suelo que es donde se alojan las raíces y es donde la planta toma todos los nutrientes”, enfatizó García.

Quema controlada para la caña

El experto considera que muy difícilmente se puede llamar quemas controladas, porque ahora se ve que al desaparecer las cortinas rompe vientos, el viento mismo empieza a dispersar el fuego a los lugares.

“Los 15 o 20 zafreros no pueden controlarlo y porque al final es fuego y se vuelve incontrolable peor ahora que se tienen jornadas intensas de sequía y calor, no hay una barrera que contenga las llamas y esas cañas paradas bajan su productividad”, aseguró.

Fuente: Publiagro