Causas de pérdidas gestacionales en vacas con embriones producidos in vitro

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Las pérdidas gestacionales pueden alcanzar niveles altos en determinadas circunstancias, como por ejemplo en vacas lecheras de alta producción o en receptoras de embriones producidos in vitro, siendo mayores a las encontradas en ganado de carne que reciben Inseminación artificial a Tiempo Fijo (IATF).


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Así lo señalaron Álvaro García-Guerra, Rodrigo V. Sala, Benjamin Duran, Luciana Carrenho-Sala, Meliton Fosado, Juan F. Moreno, M. C. Wiltbank, en su intervención durante el 13° Simposio Internacional de Reproducción Animal, realizado el año anterior en Córdoba (Argentina) (http://www.iracbiogen.com/wp-content/uploads/2019/08/RESUMEN-final-seguro.pdf), quienes manifestaron que el incremento en el uso de biotecnologías de la reproducción sumado al desafío de aumentar la eficiencia reproductiva en bovinos, ha puesto de manifiesto la necesidad de investigar la incidencia de pérdidas gestacionales así como también estrategias para su reducción.

Según los autores, el primer periodo crítico comprende la primera semana de gestación y las potenciales pérdidas son atribuidas a fallas en la fertilización o en el desarrollo embrionario temprano. Pérdidas durante este periodo no influyen en el mantenimiento del cuerpo lúteo (CL) debido a que el reconocimiento materno de la gestación no ha ocurrido, y como consecuencia la luteolysis ocurre alrededor del día 17- 19 y el ciclo estral se reinicia.

Este periodo comprende varios eventos significativos en el desarrollo como la fertilización, el clivaje y la subsecuente división celular coordinada dentro de la zona pelúcida, activación del genoma embrionario, y la diferenciación de los linajes celulares que dará origen al macizo celular interno y al trofectodermo.

El porcentaje de fertilización generalmente es alto, lo cual conlleva a que las pérdidas debidas a fallas en la fertilización no superen 10-20 % en condiciones normales. Sin embargo, varios factores han sido identificados que pueden reducir el porcentaje de fertilización como la técnica de inseminación artificial, mala calidad del semen, presencia de neutrófilos en el útero, mala calidad ovocitaria debido a estrés calórico y luteolisis incompleta en programas de IATF, entre otros factores.

A su vez, múltiples factores han sido identificados como responsables de fallas en el desarrollo embrionario temprano que llevan a pérdidas de preñez durante la primera semana de gestación, las cuales pueden varían entre un 10 % a más del 50 %. Algunos de los factores identificados son: la ovulación de folículos sobre estimulados que contienen un ovocito envejecido (folículos persistentes), bajos niveles de progesterona durante el desarrollo folicular y la pérdida de condición corporal en el periodo previo a la inseminación.

De esta manera, la mayoría de las perdidas ocurridas durante la primera semana de gestación son debidas a eventos previos a la ovulación, y como consecuencia la optimización del ambiente y la manera en que se desarrolla el folículo preovulatorio tiene el potencial de reducir dichas pérdidas.

El tiempo que permanecen “improductivos” aquellos animales que sufren pérdidas gestacionales, particularmente después del día 30 de gestación, resalta el rol central que esta temática tiene en la eficiencia reproductiva, dijeron.

De acuerdo con lo expertos, la disponibilidad de estrategias para mitigar las pérdidas gestacionales es limitada, particularmente porque la modificación de aquellos factores de riesgo identificados no siempre es posible o práctica.

La suplementación de progesterona, ya sea mediante la inducción de un cuerpo lúteo (CL) accesorio o la utilización de dispositivos intravaginales de progesterona, puede contribuir a disminuir estas pérdidas, particularmente en aquellas situaciones en que las mismas son altas. El mecanismo preciso y completo por el cual la suplementación de progesterona disminuye las pérdidas gestacionales no ha sido esclarecido y debe ser sujeto de futuras investigaciones, indicaron.

Así mismo señalaron que los primeros 60 días de gestación están caracterizados por una formidable transformación del concepto, incluyendo la activación del genoma embrionario, la rápida elongación que precede al reconocimiento materno de la gestación, la producción de interferón tau, la adhesión y posterior implantación, así como el desarrollo de la placenta, cambios hemodinámicos y modificaciones en la nutrición del embrión.

La transición exitosa a través de cada uno de los periodos críticos presentes en el primer y segundo mes de gestación requiere que cada uno de los eventos previamente mencionados sea completado en tiempo y forma.

El reconocimiento materno de la gestación “clásico” al día 16 puede ser considerado un “punto de control”, mediante el cual se constata la presencia de un embrión propiamente desarrollado, lo cual lleva al mantenimiento del CL y la continuación de esa gestación. Por el contrario, ante la ausencia de un concepto o uno subdesarrollado se da paso a la luteolisis lo cual permite reiniciar el ciclo estral, ahorrar nutrientes y provee la oportunidad de establecer una nueva preñez.

“Es lógico suponer que otros puntos de control existen a lo largo de la gestación aun después del día 16, que permiten corroborar el desarrollo óptimo del embrión/feto y sus membranas. La presencia de una preñez defectuosa o la falta de una comunicación adecuada entre el concepto y el CL permite la regresión del CL y la consecuente expulsión de una preñez”, aseguraron los profesionales.

Múltiples resultados proveen sustento para este modelo, sin embargo, es necesario continuar la investigación en esta área con el objetivo de determinar la temporalidad de estos “puntos de control”, los requisitos para sortearlos de manera exitosa, y así poder diseñar potenciales estrategias que permitan mitigar las pérdidas gestacionales.

Independientemente de la perspectiva en que se evalué la fertilidad, el objetivo de todo programa reproductivo es el aumento de la misma. Sin embargo, la evaluación desde el punto de vista de las pérdidas gestacionales, como una de las causas de la ineficiencia reproductiva, permite categorizar a estas en relación con periodos y eventos críticos del desarrollo del embrión y la placenta, manifestaron.

Fuente: Contexto Ganadero