La campaña de invierno enfrenta un panorama complejo. La época de siembra está llegando a su fin, las lluvias están cesando y los cultivos necesitan frío para desarrollarse adecuadamente. En este contexto, se vuelve urgente acelerar el ritmo de siembra para intentar revertir los efectos de una campaña difícil. Sin embargo, la escasez de combustible agrava aún más la situación, con largas filas de camiones esperando en los surtidores para acceder al diésel necesario para la maquinaria agrícola.

A pesar de estas dificultades, el ingeniero Marín Condori se muestra optimista ante el panorama productivo, destacando que las condiciones climáticas han sido favorables para ciertos cultivos y que hay señales alentadoras, particularmente en el caso del trigo.

“En una campaña muy complicada, hay esperanza, porque lo que se sembró tendrá muy buenos frutos. Hay mucha demanda por la semilla de trigo, por ejemplo, por lo que se proyecta un crecimiento más de lo pensado y probablemente más de lo planificado”, expresó.

Condori explicó que, si bien inicialmente se hablaba de sembrar unas 80 mil hectáreas de trigo, el contexto favorable podría llevar a superar con creces esa cifra.

“En trigo, que se hablaba de 80 mil hectáreas, seguramente se llegará a las 100 a 120 mil hectáreas, gracias al verano que nos dejó bastante agua en el suelo. Esa residualidad para invierno ha sido muy ideal para la siembra de trigo”, señaló.

El ingeniero también subrayó que, pese a la escasa disponibilidad de semilla, los productores lograron abastecerse, incluso utilizando reservas que estaban destinadas para la próxima campaña.

«En trigo, que se hablaba de 80 mil hectáreas, seguramente se llegará a las 100 a 120 mil hectáreas, gracias al verano que nos dejó bastante agua en el suelo. Esa residualidad para invierno ha sido muy ideal para la siembra de trigo”

“Si bien no había mucha semilla, el productor logró conseguir. Incluso lo que estaba en el stock, guardado para el siguiente año, se ha habilitado para esta campaña. Aunque el costo de las semillas se duplicó en el caso del sorgo híbrido, en el trigo —que es una variedad— el costo fue algo más bajo. Sin embargo, en general, el costo de producción, especialmente de productos e insumos, ha subido hasta en un 80%”, detalló.

A largo plazo, Condori ve con buenos ojos el futuro del trigo y adelantó que ya se están desarrollando semillas con miras a las campañas de los próximos años.

“Creemos que de aquí en adelante va a crecer este cultivo. Si bien somos deficitarios en trigo, con esta iniciativa y las buenas condiciones climáticas y de humedad, estoy casi seguro que vamos a crecer bastante”, indicó.

Algunos cultivos ya muestran resultados concretos: en determinadas zonas, el trigo ya se encuentra en etapa de floración, lo cual, según el especialista, prácticamente garantiza la cosecha.

“Hay trigo que en algunas zonas ya está en etapa de floración y eso prácticamente ya está garantizado para cosecha”, comentó Condori.

Aunque reconoce que la siembra tardía puede enfrentar dificultades si las lluvias cesan por completo, todavía se esperan rendimientos relativamente buenos.

Históricamente, los rendimientos promedio de trigo en Bolivia rondan las 2 toneladas por hectárea. Sin embargo, para esta campaña, gracias a la buena humedad y las lluvias del verano, se proyecta un aumento.

“Para esta campaña se espera un rendimiento de 2,3 toneladas por hectárea, lo que representaría una producción aproximada de 200 mil toneladas de trigo”, concluyó Condori.

Fuente: Marin Condori
Redacción: Publiagro