Las lluvias registradas en los meses de enero, febrero y marzo han sido mayores a lo normal, un fenómeno inesperado para esta época del año en la que, según las previsiones climáticas, los niveles de precipitación debían disminuir progresivamente. Sin embargo, las lluvias han ido en aumento, lo que ha generado el desborde de ríos y provocado inundaciones en varias zonas del departamento del Beni.

El director provincial de Fegabeni, Fernando Boheme, alertó que, en algunas regiones, las lluvias acumuladas en estos tres meses superan incluso las precipitaciones registradas en todo el año pasado.

«Esto ha provocado que los bajíos, que ya deberían estar disminuyendo su nivel de agua, se hayan incrementado bastante. Los ganaderos, que en estos meses deberían estar tranquilos, han comenzado a mover su ganado a tierras más altas en algunas zonas, antes de que ocurra el desborde del río Mamoré, que es el que más nos preocupa porque genera inundaciones de gran magnitud», explicó Boheme.

En provincias como Moxos, Yacuma y otras zonas cercanas, el río Mamoré aún está resistiendo el aumento del caudal, pero su estabilidad depende de la llegada de un golpe de agua desde Puerto Villarroel y del aporte de aguas provenientes del río Grande, lo que podría agravar la situación.

Hasta el momento, las pérdidas económicas del sector no han sido cuantificadas, pero Boheme indicó que la mayor preocupación es la falta de pasto, ya que las inundaciones han dejado vastas áreas de forraje bajo el agua.

«Esto ha provocado que los bajíos, que ya deberían estar disminuyendo su nivel de agua, se hayan incrementado bastante. Los ganaderos, que en estos meses deberían estar tranquilos, han comenzado a mover su ganado a tierras más altas en algunas zonas, antes de que ocurra el desborde del río Mamoré, que es el que más nos preocupa porque genera inundaciones de gran magnitud»

Algunos cultivos también afectados, al igual que el pasto/ Foto: Publiagro

«El problema no es que el ganado se haya ahogado, sino que, al no tener alimento disponible, los animales se adelgazan, las hembras sufren abortos y los partos se vuelven de alto riesgo. No son pérdidas tan grandes como en otros años, pero son pérdidas de todos modos», explicó.

El director de Fegabeni también destacó que este comportamiento climático ha tomado por sorpresa al sector.

«El agua nos ha descuidado, porque en marzo el Beni ya debería estar en su fase de descenso, pero en lugar de bajar, los niveles han comenzado a subir. Es un año sui generis, pero todavía estamos bien», afirmó.

A pesar de la situación adversa, los ganaderos permanecen en alerta y continúan movilizando su ganado a zonas más seguras, mientras monitorean de cerca la evolución de las lluvias y el comportamiento de los ríos en la región.

Fuente: Fernando Boheme
Redacción: Publiagro