La integración de datos geológicos disponibles en la región, como pozos exploratorios, estudios sísmicos y métodos geofísicos, permite un análisis más preciso de los acuíferos someros y profundos. A través de la aplicación de nuevas tecnologías, es posible generar un portafolio de locaciones óptimas para la perforación de pozos, reduciendo la incertidumbre y garantizando mayores volúmenes de caudal productivo.
Javier Esquivel, geólogo especializado en recursos hídricos, explicó que el análisis realizado toma en cuenta datos sobre la producción ganadera en Santa Cruz, la disponibilidad de agua subterránea y la relación entre el ganado y el acceso al agua. Además, se ha llevado a cabo un estudio específico en la región de San José de Chiquitos.
«Existe una relación directa entre la producción de agua y la ganadería. Los estudios recientes sobre el cambio climático indican que, hacia el año 2100, la cantidad de precipitaciones aumentará en comparación con la actual, especialmente en regiones como Santa Cruz, Beni y Pando. Por ello, es importante anticiparnos y gestionar de manera sostenible el recurso hídrico», señaló Esquivel.
El especialista explicó que su análisis se basa en un estudio realizado durante seis años para Saguapac. «Hemos determinado que los pozos de abastecimiento más profundos en Santa Cruz alcanzan actualmente los 300 metros de profundidad. Sin embargo, los datos indican que la capa de agua disponible hoy en día podría extenderse hasta los 600 metros, lo que representa el doble de la profundidad utilizada actualmente, asegurando así la disponibilidad de agua para futuras generaciones».
Reservas hídricas en mayor profundidad
El estudio también reveló que, más allá de los 600 metros de profundidad, existen otras capas de agua dulce con materiales más permeables que permiten una mejor conducción del agua subterránea. Dependiendo de la región, estas capas se encuentran entre los 700 y 1.200 metros de profundidad, lo que representa 500 metros adicionales de reservas hídricas que no están siendo utilizadas para la producción debido a los altos costos de perforación.
Asimismo, se identificó una tercera capa de agua dulce a profundidades que varían entre los 1.500 y 2.000 metros, según datos proporcionados por empresas perforadoras de pozos petroleros.
«El Gobierno tiene un gran problema. ¿Por qué no hay combustible? Sabemos todos, porque no tiene plata para seguir subvencionando. Es un cáncer, el Gobierno ya no puede solventar esta subvención, le está trayendo problemas”
Estudio en San José de Chiquitos
En el caso específico de San José de Chiquitos, se realizaron cálculos sobre el promedio de recarga de agua en la región a lo largo de varios años. Los resultados muestran que la precipitación anual en la zona es de aproximadamente 1.000 mm ± 100 mm, con una mayor infiltración en sectores ubicados al este y oeste.
El volumen total de agua que ingresa al sistema subterráneo en el área de estudio es de aproximadamente 114 millones de metros cúbicos por año. Este cálculo se basa en una superficie de estudio de 821,7 km² y una recarga promedio de 139 mm anuales.
Relación entre ganadería y agua
El acceso al agua es un factor clave para la producción ganadera. Según el estudio, una cabeza de ganado consume en promedio 60 litros de agua por día. Si se destinara el 50% de la recarga anual (57 millones de m³) para la ganadería, se podría abastecer a 2,28 millones de cabezas de ganado al año.
Este cálculo se basa en la recarga total anual de 114 millones de m³, de los cuales 57 millones de m³ serían destinados a la ganadería. Cada cabeza de ganado consumiría un total de 21.900 litros al año.
Estrategias para aumentar la producción de agua subterránea
Para mejorar la disponibilidad de agua subterránea, Esquivel señala dos estrategias principales:
Perforación de pozos a mayor profundidad en aquellas zonas donde se ha identificado la existencia de capas de agua dulce en niveles más bajos.
Optimización del diseño de pozos nuevos, asegurando que se aproveche toda la columna de acuíferos disponibles para maximizar la captación de agua.
«Debemos enfocarnos en estrategias sostenibles que nos permitan garantizar el recurso hídrico a largo plazo, tanto para el consumo humano como para la producción agropecuaria. La clave está en combinar la tecnología con una planificación eficiente de la extracción de agua», concluyó Esquivel.
Fuente: La Razon
