Actualmente la productividad supera los 4 mil litros día y esto se lo deben al esfuerzo, trabajo dedicación y pasión por el rubro
La Cabaña «Curichi Grande» está ubicada en el kilómetro 46 de la autopista Santa Cruz-Montero. Dispone de animales de alta genética de la raza Girolando F1, así como de Gyr con un núcleo genético de alta selección, resistente, rústico y altamente sustentable.
Eduardo Eguez El Hage, propietario de la Cabaña «Curichi Grande», manifestó que los logros obtenidos hasta el momento son gracias a su padre. Su progenitor inició la cabaña en el año 1956 con gran sacrificio y esfuerzo.
El trabajo iniciado es el resultado de un programa de inseminación artificial impulsado por los americanos, específicamente el punto cuarto, que marcó el inicio del mestizaje. El Señor Eguez observó que la única raza con grandes ventajas para el trópico era el Gyr.
A partir de entonces, y utilizando tecnología de punta en biotecnología, comenzando con la inseminación artificial, seguida de transferencias de embriones, súper ovulación y finalmente la fertilización in vitro, se ha logrado disponer en este momento de una variedad de animales producto de 68 años de crianza de Gyr de leche. Además, se ha incorporado la raza Holstein como alternativa para obtener una mayor variabilidad genética de la raza europea de leche.
“Sentimos doble sentimiento de gratitud y felicidad, pues llegamos a ofertar al mercado una cantidad inédita de animales, por el gran aporte de la biotecnología, como es la fertilización in vitro”
“Sentimos doble sentimiento, gratitud y felicidad, pues llegamos a ofertar al mercado una cantidad inédita de animales, por el gran aporte de la biotecnología, como es la fertilización in vitro”, sostuvo.
Eduardo Eguez representa la cuarta generación de la familia, destacando que esta labor fue iniciada por su padre con tecnología de punta. Sus hijos Natalia y Esteban conforman la quinta generación, y ahora sus nietos representan la sexta generación. Eduardo confía en que sus nietos seguirán con su legado.
En este sentido, enfatizó que dentro de su familia el objetivo es formar sucesores y no simplemente criar herederos. Además, destacó que la pandemia brindó a su hija Natalia Eguez la responsabilidad del manejo de la lechería. Durante la pandemia, la producción diaria era de 500 litros y actualmente supera los 4 mil litros.
“La proyección que tenemos es muy alta, contamos con animales y la gran ventaja, es que todo es nuestro producto con fertilización in vitro y rendimientos a gran escala”, señaló.
Tienen grandes expectativas de poder duplicar la producción para fin de año. El esfuerzo, el trabajo arduo, la dedicación y la pasión por el rubro marcan la diferencia en su labor.
Fuente: Publiagro