Siembra de trigo es un 15% menor a lo planificado e implica mayor importación, según Anapo

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Las 110.000 hectáreas que generó la campaña de invierno están por debajo de las 130.000 planificadas por el Gobierno, que anunció el cultivo del alimento por parte de Emapa y la nueva estatal BPA.

La siembra de trigo en la campaña de invierno estuvo un 15% por debajo de lo planificado debido a la sequía, informó la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), que considera esa menor superficie cultivada requerirá la importación de 25.000 toneladas adicionales.

 “La expectativa de siembra para esta campaña de invierno era de alcanzar una siembra de 130.000 hectáreas en base a la disponibilidad de semilla. De acuerdo con datos preliminares, se sembraron unas 110.000 hectáreas debido a que la sequía ocurrida a partir de mayo no permitió continuar con la siembra de trigo”, informó la Asociación en respuesta a un cuestionario enviado por este medio.

Esta situación implicará una merma de 25.000 toneladas en la producción prevista, un volumen que “tendrá que ser cubierto con la importación de otros países”, precisó.

Datos de la institución dan cuenta que la demanda interna de trigo es de unas 700.000 toneladas, de las que 300.000 toneladas son cubiertas por la producción nacional (el 73,3% de Santa Cruz) y 400.000 toneladas por la importación y el contrabando.

En abril, el Gobierno, a través de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), estableció un precio de incentivo de $us 390 por tonelada para el trigo que se siembre este año.

Anapo indicó que la intensión de siembra de los productores trigueros en la campaña de invierno fue generada por la expectativa de un buen precio de compra del grano, un precio que ha subido en el mercado internacional. “El precio de Emapa lo tomamos como un precio base de compra que tendría que ser mejorado antes de la cosecha, en función al precio de oportunidad de importación, para que con ello se continúe incentivando la siembra de trigo”, ratificó la institución.

La guerra entre Rusia y Ucrania, uno de los mayores productores trigueros del mundo, ha incrementado la demanda y el precio de ese alimento en el mundo. En la Bolsa de Rosario en Argentina –principal proveedor de harina del Bolivia– el precio del grano antes del conflicto bélico estaba entre $us 280 y 300 la tonelada, mientras que, para los meses de julio y agosto de este año, se encuentra en $us 495.

Pero el Gobierno no solo busca incentivar una mayor producción de trigo en el país a través de un mayor precio de compra, también tiene en planes producir su propio cereal de la mano de Emapa y la nueva Empresa Boliviana de Producción Agropecuaria (BPA).

“Consideramos innecesaria la incursión de empresas públicas en la producción agropecuaria, porque los productores están haciendo todos los esfuerzos para producir alimentos para el país a pesar de las condiciones climáticas adversas de sequía y ataque de plagas», sostuvo Anapo.

«Consideramos que el Estado debería priorizar brindar condiciones adecuadas para mejorar la productividad y aumentar la producción con el acceso a semillas transgénicas, seguridad de mercados internos y externos, lucha contra el contrabando, entre los principales”, agregó.

Fuente: El Deber