Sistemas de fertirriego automatizadas e invernaderos góticos pueden elevar la producción de hortalizas, verduras de 10 a 100 toneladas en el altiplano.
Tecnología para potenciar la productividad y reducir la pobreza en el altiplano y sustituir las importaciones es la razón por la que Orkidea Andina apoya a familias campesinas a que puedan elevar los rendimientos de sus cultivos y vincularlas a cadenas de exportación.
Se trata de un enclave de desarrollo empresarial que luego de un selección se asocia con las familias productoras para producir todo tipo de verduras, hortalizas, frutas, forrajes y otros que se importan con el soporte de invernaderos, riego tecnificado y un asesoramiento constante.
El CEO y fundado de Orkidea Andina, Guillermo Pou Munt, explicó que la empresa apuesta a desarrollar elevados niveles de producción en el altiplano y los valles interandinos, donde la propiedad de los productores no supera las tres hectáreas.
“La empresa fue conformada para llevar estos paquetes a familias en condiciones de pobreza y pobreza extrema y a partir de eso desarrollar pequeñas unidades agropecuarias”, precisó.
Estas familias, de producir 10 a 12 toneladas aumentan sus rendimiento a 90 o 100 toneladas y su producción e ingresos se elevan y les permite salir de la pobreza y vincularse a una cadena de producción de alimentos que Orkidea Andina gestiona en todos sus componentes.
La empresa cuenta con centros productivos en Achocalla y otras regiones donde logró desarrollar sistemas de riego automatizados e invernaderos.
Página Siete visitó las instalaciones de la finca en Achocalla, donde Orkidea Andina montó una infraestructura productiva donde se cosecha el agua de la lluvia en lagunas, se la purifica y se la transporta para regar los cultivos en los invernaderos montados a cielo abierto.
El lugar está equipado con una planta de preparación de nutrientes con tanques, sistema de generación de aire, máquina abonera, donde se hace la mezcla de los abonos que llegarán hasta los invernaderos.
Todo está programado y computarizado, y la máquina puede controlar el clima de los invernaderos, regular la temperatura, abrir ventanas y hacer el riego.
“Desde este sistema se puede colgar hasta 60 invernaderos. Se tiene una de la plantas más grande de Bolivia y una de las más modernas de Sudamérica. Las familias reciben un paquete tecnológico similar al que tenemos acá en Achocalla”, resaltó.
Invernaderos
Orkidea Andina implementa invernaderos góticos con estructura superior en forma de arco extendido y que genera una inclinación en su techo y un mayor volumen interior. Son ideales para su uso en climas extremos como el altiplano y se adaptan para cualquier tipo de cultivo.
Pou Munt indicó que las estructuras son de fierro galvanizado bajo norma europea y tienen un duración de al menos 20 años y están cubiertos con plásticos agroclima con tratamiento UV y generan reflexividad y termicidad. Permiten la acumulación de calor generado en el día y que se mantenga en la noche.
En Achocalla se instalaron invernaderos de hasta 700 metros, en uno de ellos se espera producir hasta 25 toneladas de tomate a lo largo de un año.
“La producción de tomate promedio en el país es de ocho kilos por metro cuadrado, pero con esta tecnología queremos llegar a 24 y luego a 42”, dijo.
Con la siembra de papa a cielo abierto se busca alcanzar un rendimiento de 32 toneladas por hectárea cuando el promedio es de ocho toneladas. En el caso de la lechuga se puede alcanzar 20 kilos por metro cuadrado, cuando el promedio es tres kilos.
Si cae nieve o granizo, estas estructuras aguantan 51 kilos por metro cuadrado o 120 kilómetros de viento en el altiplano
Orkidea Andina tiene cuatro empresas: Agro Supplies es la que apoya con la instalación de invernaderos, sistemas de riego y otros. Agro Almácigos produce y selecciona semillas y provee paquetes tecnológicos. Agro Comercialización define qué se puede producir, compra el 100% de la producción.
Agro Decide brinda soporte y ayuda a gestionar finanzas.
Pou Munt indicó que a la fecha se tienen 480 familias listas en reclutamiento y se trabaja con un programa piloto de cinco familias para conseguir financiamiento.
En una primera instancia las familias producen para el mercado interno, luego, por 36 meses, acumulan patrimonio y se gradúan para vincularse a las cadenas de exportación.
Fuente: Página siete