Empresas del sector y expertos señalan que se precisan políticas que fomenten la cadena productiva para aumentar la producción y las exportaciones.
La balanza comercial del sector de lácteos en el país registró un déficit de $us 3,1 millones en 10 meses de 2019, de acuerdo con datos del INE y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, procesados por el IBCE.
Esa cifra, es $us 4,7 millones menor a la registrada en 2018, cuando la balanza comercial anotó un déficit de $us 7,8 millones. De mantenerse la tendencia negativa hasta el cierre del año pasado, Bolivia anotará dos gestiones seguidas con cifras adversas.
María Esther Peña, gerenta técnica del IBCE, explicó que una de las causas para la caída de las ventas externas de leche y sus derivados es la cotización internacional de la leche entera en polvo -producto estrella en la exportación- que experimentó un descenso a partir de 2015.
Si bien el precio de la tonelada ha mostrado una mejoría al mantenerse por encima de los $us 3.000 desde 2017, ese aumento aún no se ha visto reflejado en las ventas externas, dijo.
Por otro lado, Peña manifestó que se sufrió la pérdida de compradores de leche y sus derivados en el mercado exterior, lo que agudizó la caída de las ventas. “En 2014 se exportó a cinco países: Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador y Chile; y en 2018 solo quedaron como mercados de destino Colombia y Perú”, dijo.
Otro factores que afectan al sector son el precio regulado de la materia prima y la calidad de la misma, según Marioly Saucedo, gerenta general de Productos Lácteos La Campiña. Para la ejecutiva, no es posible ser competitivo mientras la materia prima nacional tenga precios altos, cuando en los países vecinos los costos (de la materia prima) son menores.
Por su parte, la empresa PIL Andina señaló que al sector también le afectó de gran manera la crisis del mercado venezolano, ya que era de los principales destinos de exportación de leche en polvo.
Con respecto a las ventas externas de leche en polvo en 2019, la industria informó que creció cerca de un 30%, con relación a la anterior gestión. Esa situación, según la firma, se debió a la consolidación de clientes, mercados y procedimientos de exportación.
Se precisan incentivos
Para La Campiña, el lapso 2014-2019 fue de estancamiento, dijo Saucedo. Esa situación, según la ejecutiva, se debe a las políticas y falta de apoyo del Estado, puesto que existe regulación de los precios de la materia prima y del producto terminado.
Además, Saucedo señaló que en los programas sociales, como el subsidio de lactancia, en vez de crecer la participación de productos lácteos, disminuyó, a la vez que la industria estatal orientó su producción a ese ítem. “Tenemos la esperanza de que existan cambios en la política lechera, que se genere una competencia sana, y que las firmas del Estado compitan en igualdad de condiciones”, dijo.
En ese sentido, Peña indicó que se precisan políticas que fomenten la cadena productiva para aumentar la producción y diversificar la oferta exportable para que sea competitiva en el mercado interno y externo.
A decir del IBCE, el lechero no solo es un sector que atrae divisas al país con sus venta externas, también es altamente generador de empleos, tanto directos como indirectos, desde su eslabón primario hasta su venta.
Para este año, PIL Andina prevé sobrepasar el resultado de 2019, optimizando su plan de expansión de mercados. Asimismo, la firma estima que los precios internacionales se mantengan estables, pero no con caídas que desestabilicen el mercado.
Eduardo Wills, gerente de Fedeple, dijo que este año los lecheros seguirán incentivando el consumo de leche en Bolivia. “El compromiso de los productores y la industria por desarrollar las cuencas lecheras ha derivado en un volumen de leche destinado al mercado internacional”, afirmó.
Fuente: Periódico El Deber