Viveros de cacao, un proyecto que abre nuevas puertas a la juventud de Bermeo en Beni

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Actualmente son doce jóvenes viveristas, entre hombres y mujeres, quienes vienen impulsando el proyecto de plantines de cacao con el objetivo de incrementar y mejorar su productividad.

En la comunidad de Bermeo, de la provincia Moxos del departamento del Beni, se ha puesto en marcha un emprendimiento juvenil que consiste en la crianza de plantines de cacao en un vivero. Este proyecto abre las expectativas de las familias del lugar para poder incrementar su producción y a la vez brindar actividades alternativas a los jóvenes y señoritas que cada tarde acuden voluntariosos al cuidado de sus plantas de chocolate.

Darwin Semo Bejarano (25) uno de los impulsores de este emprendimiento afirma que, “el trabajo que estamos haciendo es la producción de plantines para luego ya injertarlos como chocolate nativo, esto nos abre las puertas a un nuevo futuro porque este chocolate tiene además mayor producción que el cacao criollo y es para salir adelante”, dice mientras limpia los plantines donde las hojas verde lechuga empiezan a brotar.

El proyecto fue iniciado con la aprobación de la comunidad y con el apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA). Prioriza a los jóvenes de la comunidad, algunos menores de 13 años que ya han recibido capacitación para aprender a hacer injertos y manejo del cacao nativo.

Julian Guaseve Tamo, corregidor de la comunidad, explica que los habitantes del lugar se dedican a la agricultura diversificada y también a la ganadería, sin embargo este nuevo emprendimiento abre una alternativa para mejorar la producción de cacao y generar mayor rendimiento.

Actualmente son doce jóvenes viveristas, entre hombres y mujeres, quienes vienen impulsando este proyecto, ellos reciben el apoyo de sus familias, de la comunidad y también cuentan con el acompañamiento de CIPCA.

Entre las actividades más importantes que se han realizado para llevar adelante este proyecto, está el Curso de Injerto en cacao que se realizó en parcelas del PIAF (Programa de Implementaciones Agro-ecológicas y Forestales) perteneciente a la Central de Cooperativas El CEIBO en la población de Sapecho, evento para el que los jóvenes de Bermeo debieron organizarse y donde aprendieron a realizar diferentes formas de injerto.

Esto permitió mejorar el manejo de plantines en el vivero donde hoy cuentan con más de 1500 plantas de cacao, mismos que requieren un cuidado especial y que una vez que hayan brotado deberán ser injertados con cacao nativo y posteriormente ser entregados a los productores para que se desarrollen en grandes hectáreas de bosque y generen frutos.

Grover Moye Mobo, técnico del CIPCA, explica que “lo que se quiere es sacar plantines de calidad injertados y hacer la certificación para implementar además sistemas agroforestales, esto va ser repartido entre diferentes productores dedicados a la recolección del cacao, con la medida de su hectárea entonces se va a entregar a los que estén realmente interesados y comprometidos porque el plantín injertado necesita más manejo”, explica.

Sin embargo el emprendimiento no solo ha tenido un impacto en el área productiva, sino que de forma integral ha generado que los jóvenes de la comunidad encuentren una nueva alternativa ocupacional e incluso ha despertado en muchos de ellos el deseo de convertirse en profesionales universitarios para contribuir al desarrollo de su comunidad.

 

En el vivero también se siembran esperanzas y oportunidades

Roberto Temo (13) y Alvaro Pereira (15) cuentan que todas las tardes, luego de asistir a la escuela y almorzar, acuden al vivero para mantenerlo libre de hierba, bichos y hongos que pudieran perjudicar en el crecimiento del cacao, limpian cada planta a mano, sacando uno por uno pastos, pajas, insectos y demás y luego de dejar todo limpio, se van a jugar fútbol a la cancha de la comunidad donde sus amigos y amigas los esperan.

Karina Temo y Susana Roca ambas de 14 años, también forman parte del grupo de jóvenes viveristas; las dos refieren que además de ser un tarea entretenida el proyecto ha despertado en ellas el anhelo de convertirse en profesionales agrónomas y profesoras para volver a su comunidad donde pasan las tardes tranquilas y ven con esperanza como poco a poco brotan las hojas de cacao en el vivero.

Toda la comunidad está contenta por la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos respecto al manejo del cacao, que si bien es nativo del lugar, es la primera vez que se utilizan técnicas de injerto mediante plantines para obtener una mejor cosecha.

Luis Matareco (61) cuenta, “años antes nuestros abuelos no tenían ese mismo manejo, esa misma práctica, es parte de nuestra costumbre sembrar directo, buscar la plantita y sembrarlo en el monte”, explica y agrega que esto trae una serie de beneficios, entre ellos la unión entre adultos y jóvenes.

“Los jóvenes no solo aprenden sino que lo hacen con voluntad. Tengo familia, tengo muchos sobrinos y me contenta de que ellos estén en estas prácticas, es necesario acompañar a los jóvenes no desvincularnos con ellos”, afirma.

Otro de los aspectos donde también ha tenido un impacto positivo es la participación de las mujeres al lado de sus hijos, como refiere Natividad Matareco Temo (40), “nosotras como mujeres tenemos una participación directa, porque si bien antes eran hombres lo que producían el chocolate, ahora las mujeres podemos hacer lo mismo y ya generamos más recursos y una mejor forma de vida para nuestros hijos”, explica.

Natividad destaca que el proyecto haya priorizado la participación juvenil, “la unión hace la fuerza y aquí entre jóvenes y mayores hemos trabajado estamos iniciando y se piensa llegar a más jóvenes, principalmente que sean ellos los que produzcan sus propios plantines con sus propias semillas del lugar” manifiesta.

 

Fuente: Agencia de Noticias Fides ANF