El Gobierno Municipal de Tarija ha retomado la estrategia de reconversión productiva, apostando por el desarrollo de la cadena del olivo con apoyo de la cooperación internacional, en especial de España.
En el marco de esta iniciativa, se concretó un nuevo respaldo financiero de 300 mil euros provenientes del Fondo Extremeño, como parte del programa “Emprendiendo Juntas”, que impulsa el trabajo de mujeres emprendedoras.
Frente a la escasez de recursos internos, el municipio ha optado por fortalecer sus alianzas internacionales para acceder a financiamiento externo, lo que permite dar continuidad a proyectos productivos estratégicos como el fomento del cultivo de olivos.
En las próximas semanas, se prevé la llegada de un experto internacional en olivicultura, con el objetivo de evaluar las condiciones para ampliar este cultivo en el valle central de Tarija. Durante los últimos años, se han realizado ensayos para determinar las variedades más adecuadas a los suelos y clima de la región.
Aunque Tarija presenta un clima mayormente favorable, existen entre dos y cinco días al año con temperaturas bajo cero, lo que representa un desafío para ciertas variedades. Por esta razón, se ha optado por introducir variedades más resistentes al frío, como el “verdial”, que también ha sido identificada en zonas como Villa Abecia.


“La reconversión hacia el cultivo del olivo permitiría diversificar la economía rural y complementar la ya consolidada cadena vitivinícola»
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La reconversión hacia el cultivo del olivo permitiría diversificar la economía rural y complementar la ya consolidada cadena vitivinícola. Se proyecta la instalación de almazaras para procesar aceitunas, además de centros de acopio y comercialización del producto.
Comparativamente, una hectárea de uva genera ingresos de alrededor de 10 mil dólares por cosecha, mientras que una de olivo puede alcanzar entre 10 mil y 15 mil dólares. En contraste, cultivos como el maíz apenas producen cerca de 300 dólares por hectárea. Estos datos evidencian la necesidad de apostar por cultivos de mayor rentabilidad.
Además, los olivos se adaptan bien al minifundio, un sistema predominante en la región, donde la mayoría de las unidades productivas cuentan con entre 2 y 4 hectáreas. Esta alternativa representa una oportunidad concreta para mejorar los ingresos de las familias rurales y avanzar hacia una producción más sostenible y competitiva.
Uva y olivos
Tarija cuenta con cerca de 3.500 hectáreas destinadas al cultivo de la vid. Si se alcanzara una superficie similar con plantaciones de olivo, se podrían generar ingresos comparables o incluso superiores a los del sector vitivinícola, que actualmente ronda los 150 millones de dólares anuales.
El modelo de producción observado en algunas regiones de España, donde el 100% de las tierras cultivables están dedicadas al olivo, muestra el potencial de este cultivo como motor de desarrollo económico. Tarija podría replicar esa experiencia, combinando la tradición vitícola con una nueva apuesta por el olivo.


Fuente: Gobierno Municipal de Tarija
Redacción: Publiagro

