La tierra no solo alimenta al ganado, también guarda el equilibrio de todo un ecosistema. Bajo esta premisa, la ganadería regenerativa propone una transformación profunda en la forma de producir carne y leche. En este modelo, el bienestar animal, la salud del suelo y la rentabilidad económica no compiten entre sí, sino que se integran en una sinergia poderosa que beneficia tanto a los productores como al medio ambiente.

A diferencia de los sistemas convencionales, este enfoque apuesta por prácticas agrícolas que no solo evitan la degradación, sino que restauran activamente los suelos, promueven la biodiversidad y aumentan la captura de carbono, contribuyendo así a mitigar el cambio climático.

“Regenerar es más que conservar, es devolverle vida al campo y hacerlo más productivo a largo plazo”, afirma Gabriela Degorgue, de la organización OVIS 21 de Argentina, pionera en la promoción de la ganadería regenerativa en América Latina. Degorgue destaca que este modelo, lejos de ser una utopía ambiental, “puede ser totalmente rentable”.

El corazón de la ganadería regenerativa está en el manejo holístico del pastoreo: rotación planificada de potreros, descanso adecuado de las pasturas, integración con árboles, cultivos forrajeros y adaptación a los ritmos de la naturaleza. Esto no solo reduce el uso de insumos externos —como fertilizantes o suplementos— sino que mejora los procesos ecosistémicos.

“Regenerar es más que conservar, es devolverle vida al campo y hacerlo más productivo a largo plazo”

 

Foto: Archivo Publiagro

“Nosotros trabajamos en función de mejorar los procesos ecosistémicos, de imitar a la naturaleza, tener mejores suelos, mejor fertilidad, y eso redunda en una mejor producción de pasto. Permite aumentar la carga animal, lo cual se traduce en una mejor rentabilidad para los predios y también en la reducción de insumos”, explica Degorgue.

Este enfoque requiere planificación, seguimiento constante de los indicadores ambientales y trabajo colaborativo entre técnicos, productores y trabajadores rurales. Además, añade, “se genera un aumento del capital social además del capital biológico”, al fortalecer el tejido humano detrás de cada unidad productiva.

OVIS 21 implementa estas prácticas a través del manejo holístico, una metodología de planificación que considera los deseos del productor, su contexto económico y social, y se apoya en dos pilares clave: el capital biológico (suelo, biodiversidad, agua) y el capital social (personas, comunidad, cultura).

“Nosotros trabajamos implementando esto a través de una metodología de trabajo que es el manejo holístico, que tiene en cuenta tanto los deseos del productor y su contexto de negocio y se apoya en dos pilares fundamentales: el capital social y el biológico para obtener rentabilidad”, afirma.

El interés por esta forma de producción ha crecido exponencialmente, sobre todo ante las exigencias de los consumidores y los mercados internacionales, que valoran cada vez más los productos con sellos de sostenibilidad. Certificaciones como el sello GRAS (Ganadería Regenerativa Argentina Sustentable) o los programas de carne regenerativa permiten a los productores acceder a precios diferenciales y nuevos nichos de mercado. “Estamos trabajando también en varios programas de carbono donde los productores están accediendo al mercado voluntario de créditos de carbono”, agrega Degorgue.

Finalmente, la especialista resalta el papel clave del consumidor: su conciencia y sus decisiones de compra pueden acelerar la transición hacia una producción más amigable con el ambiente. “La carne proveniente de pastos naturales, como se hacía antes o como se hizo siempre, es mucho más saludable que la carne que proviene de la industria en cuanto a su contenido de Omega 3, y es importante que todos nos sintamos parte de este ambiente”.

Con base científica, enfoque integral y respaldo de experiencias exitosas en la región, la ganadería regenerativa ya no es solo una alternativa: es una necesidad frente a los retos ecológicos, sociales y económicos que enfrenta la producción agropecuaria.

Fuente: Gabriela Degorgue
Redacción: Publiagro