Experto advierte que la falta de buenas prácticas agrícolas y la dependencia de herbicidas están comprometiendo la productividad en la región

Malezas que generan habitat para plagas/ Foto: Publiagro
Explicación de Roberto Unterlastatter en el curso dictado sobre malezas/ Foto: Publiagro
Malezas adaptable a todo suelo y ambiente/ Foto: Publiagro
Enfermedades en hojas/ Foto:Publiagro

El manejo integrado de malezas es un enfoque agrícola que busca controlar las malezas de manera eficiente y sostenible, combinando tanto métodos químicos como no químicos. Este enfoque incluye el uso estratégico y rotacional de herbicidas con diferentes modos de acción, lo cual es esencial para evitar la resistencia de las malezas a estos productos. Sin embargo, el manejo integrado va más allá del uso de agroquímicos, ya que también se apoya en prácticas agronómicas clave como la rotación de cultivos, la selección de la fecha de siembra adecuada, y la implementación de densidades de siembra recomendadas para cada región.

Roberto Unterlastatter, ingeniero agrónomo y docente de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), ha señalado una problemática creciente en la agricultura de la región: el uso excesivo de agroquímicos. Según Unterlastatter, este abuso ha contribuido al desarrollo de resistencia en algunas malezas, complicando su control.

«Existe un problema de manejo», comenta Unterlastatter. «Desde que hay herbicidas en Santa Cruz, el agricultor comenzó a aflojar en el manejo del cultivo. Ahora hemos llegado a un punto en el que no podemos hacer control a muchas malezas. Los agroquímicos son una ayuda importantísima para la agricultura, pero no sustituyen a las buenas prácticas agrícolas», explicó.

El problema se ha intensificado debido a que la resistencia de las malezas obliga a los agricultores a realizar múltiples aplicaciones de herbicidas para lograr un control efectivo. En algunos casos, se requieren entre cinco y seis aplicaciones, lo que no solo incrementa los costos de producción, sino que también afecta la sostenibilidad del sistema agrícola.

 «Desde que hay herbicidas en Santa Cruz, el agricultor comenzó a aflojar en el manejo del cultivo. Ahora hemos llegado a un punto en el que no podemos hacer control a muchas malezas. Los agroquímicos son una ayuda importantísima para la agricultura, pero no sustituyen a las buenas prácticas agrícolas»

Adaptación de las Malezas

Una de las características más destacadas de las malezas es su capacidad para adaptarse rápidamente a distintos ambientes, lo que les permite sobrevivir y proliferar incluso en condiciones adversas. Esta adaptabilidad se ha convertido en una ventaja evolutiva que dificulta aún más su control.

Clasificación de las Malezas

Las malezas pueden clasificarse de varias formas según diferentes criterios:

Por ciclos de vida:

Anuales: Completan su ciclo de vida en un año.

Bianuales: Tardan dos años en completar su ciclo.

Perennes: Viven más de dos años y pueden reproducirse durante varias temporadas.

Por morfología:

Hoja ancha (Dicotiledónea): Presentan hojas anchas con venas ramificadas.

Hoja angosta (Monocotiledónea): Tienen hojas estrechas con venas paralelas.

Por hábito de crecimiento:

Erectas: Crecen de forma vertical.

Ramificadas: Tienen múltiples ramas que pueden extenderse.

Rastreras: Crecen horizontalmente sobre el suelo.

Arbustivas: Tienen un crecimiento más leñoso y estructurado, similar a los arbustos.

Por hábitat:

Terrestres: Crecen en el suelo.

Acuáticas: Se desarrollan en medios acuáticos, como ríos y lagos.

Por origen:

Nativas: Originarias de la región.

Exóticas o introducidas: Procedentes de otras regiones o países.

Características Biológicas y Fisiológicas de las Malezas

Las malezas poseen varias características biológicas y fisiológicas que les confieren una ventaja competitiva frente a los cultivos:

Facilidad de dispersión: Muchas malezas producen semillas que son similares a las de los cultivos, lo que facilita su dispersión y germinación.

Capacidad de resistencia: Tienen un periodo de viabilidad prolongado, germinación escalonada, y muestran una gran plasticidad fisiológica y genética.

Capacidad de competencia: Presentan elevada densidad, superioridad genética, y pueden sincronizar su germinación con la del cultivo. Además, crecen rápidamente, acumulan biomasa de manera eficiente, y en algunos casos, utilizan mecanismos de alelopatía para inhibir el crecimiento de otras plantas.

Buenas Prácticas Agrícolas

Unterlastatter también hace énfasis en la importancia de las buenas prácticas agrícolas para mejorar los rendimientos en los cultivos. Según su análisis, Bolivia tiene condiciones ambientales óptimas para la producción agrícola, superiores incluso a las de regiones como Brasil y Paraguay. Sin embargo, los rendimientos en Bolivia son menores, y una de las razones principales es la falta de buenas prácticas agrícolas.

«Nosotros contamos con muy buenas condiciones ambientales y estamos con los menores rendimientos de la subregión. Tenemos mejores condiciones que muchas partes de Brasil y Paraguay; sin embargo, producimos menos y estamos utilizando los mismos agroquímicos, las mismas semillas», indicó Unterlastatter.

 Además, señaló que aquellos productores que implementan correctamente las buenas prácticas agrícolas pueden alcanzar rendimientos de entre 4 y 8 toneladas por hectárea, demostrando que con el manejo adecuado es posible mejorar significativamente la productividad.

El manejo integrado de malezas es un enfoque que requiere la combinación de métodos químicos y no químicos, apoyado en prácticas agronómicas sólidas. El uso excesivo de agroquímicos sin un manejo adecuado ha generado desafíos importantes, como la resistencia de las malezas, lo que subraya la necesidad de implementar buenas prácticas agrícolas para asegurar la sostenibilidad y mejorar los rendimientos en la agricultura.

 

Fuente: Roberto Unterlastatter 

Redacción: Publiagro