Un especialista en edafología explicó que el 30% tiene un valor neutro y la dosis de calcáreo que se debe usar es 1 a 1.5 toneladas
La calidad del suelo es fundamental para las prácticas agrícolas que se realizan en diferentes zonas de Santa Cruz, ya que un terreno fértil y sano provee a las plantas los nutrientes esenciales para crecer y desarrollarse, mientras que las características físicas como la estructura y sus agregados le permiten al agua y al oxígeno llegar con mayor facilidad hasta las raíces.
Esa cualidad se puede determinar – mediante un análisis de laboratorio – cuando el PH es cercano a la neutralidad y cuyo valor es 7. Por debajo de esa cifra los agricultores se pueden encontrar con la presencia de acidez que se puede corregir con el uso de algunos elementos como el calcáreo (carbonato de calcio).
En base a esos conceptos y estudios realizados por Edward Peña, ingeniero agrónomo y especialista en temas de edafología, se logró establecer que el 70% de los suelos de la Chiquitanía necesitan medidas correctivas para lograr buenos rindes en los cultivos.
“Un 30% aproximadamente de los suelos en San Ignacio de Velasco y otras regiones de la Chiquitanía no necesitan corrección, tienen un PH neutro y una saturación de bases arriba del 70%”, explicó Peña al referirse a este tema.
“Un 30% aproximadamente de los suelos en San Ignacio de Velasco y otras regiones de la Chiquitanía no necesitan de corrección, tienen un PH neutro y una saturación de bases arriba del 70%”
Se entiende por saturación de bases al porcentaje de la Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) del suelo ocupada por calcio, magnesio, sodio y potasio (Ca, Mg, Na y K) que debería ser superior al 60%.
La diferencia entre 100 y el porcentaje de saturación es el porcentaje de los sitios de intercambio que son ocupados por Aluminio e Hidrógeno.
La presencia de aluminio en la solución del suelo induce el desarrollo de la acidez, se desplaza de las arcillas por otros cationes reacciona con el agua y libera hidrógeno. Este incremento en la acidez promueve la presencia de más aluminio disponible que es tóxico para las plantas.
Dosis de calcáreo
Según las recomendaciones que dio Peña, se deben hacer aplicaciones de un promedio de 1 a 1.5 toneladas de calcáreo en principio en los suelos ácidos de la Chiquitanía y después hacer un monitoreo año tras año para ver si se necesita algún ajuste en la corrección o si la dosis es suficiente.
Ese manejo permitirá alcanzar mejores rendimientos en los cultivos de esa región, porque habrá mayor disponibilidad de nutrientes y los agricultores ya han visto que eso es notablemente beneficioso.
De hecho, según el experto en edafología, los agricultores medianos y grandes ya no se arriesgan a hacer una agricultura sin la corrección de suelos, porque consideran que en el mediano y largo plazo obtendrán una mayor productividad.
Aluminio y disponibilidad de nutrientes
Los análisis de suelo revelaron que los niveles de Aluminio en la Chiquitanía son bajos y es muy raro encontrar un campo con un problema de aluminio crítico, según Peña están en niveles no tóxicos por debajo de 0.3 centimoles ya que arriba de 0.5 centimoles es crítico para el suelo y hasta 1 centimol ya es fuertemente tóxico.
Por otra parte, en la Chiquitanía hay deficiencia de Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Azufre, buen nivel de calcio, magnesio y en microelementos se vio que el Boro es el que presenta mayor déficit.
Recomendaciones
Hay que hacer un análisis del suelo antes de usar los correctivos porque los resultados permitirán definir qué tipo de calcáreo es el se puede usar, como una calcita solamente, una cal magnesiana o una cal dolomítica.
En este aspecto, lo que siempre se debe buscar es que los correctivos tengan alto nivel de PRNT (Porcentaje Relativo de Neutralización Total), que debería estar del 80% para arriba.
Este factor representa a la capacidad de reacción que tiene el suelo de poder corregir el ph y saturar el suelo.
Entonces el análisis de suelo permitirá saber el nivel nutricional y determinar con un balance cuánto se tiene que aplicar de los elementos deficitarios.
Otra recomendación es que la aplicación del calcáreo se tiene que hacer anticipadamente, dos a tres meses antes de la siembra.
La primera aplicación en el campo debe ser incorporada entre 10 a 20 centímetros porque el movimiento del carbonato de calcio en el suelo es muy lento y por eso precisa también agua.
Si no hay humedad y viene la siembra muy próxima no habrá una reacción del suelo como es deseable, es decir el desprendimiento del radical oxidrilo que se pretende de la aplicación del calcáreo para que suba el PH suba.
Fuente: Edward Peña
Redacción: Publiagro