

Los detalles sobre este asunto permiten mejorar la actividad pecuaria en cuanto al manejo de los animales y el uso de plantas forrajeras






El consultor pecuario André Sorio dio una charla vía zoom sobre la emisión de gases de efecto invernadero en el marco del seminario denominado “Visiones de la ganadería sostenible” y remarcó que en la actualidad la actividad pecuaria se debe practicar de forma correcta.
Para entender mejor esta cuestión el expositor dividió la explicación en tres aspectos: emisión de gases por el ganado, fijación por el pasto que alimenta a los animales y el balance de esas dos características.
Emisión
Los gases de efecto invernadero que generan los rumiantes son el dióxido de carbono que surge de la respiración de los animales y una pequeña parte de los gases del rumen.
El metano es la principal parte de los gases del rumen provocado por la fermentación entérica, es expelido por la boca y nariz. También se produce por la fermentación natural del estiércol.
Mientras que el óxido nitroso (presente en el estiércol de heces y orina) viene de la fermentación natural del estiércol, uso intensivo de abonos nitrogenados que es poco común en la producción a pasto.
“Esos tres gases (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) hacen lo que se denomina gas carbónico o CO2 equivalente y existe una relación de que una tonelada de metano corresponde a 21 toneladas de gas carbónico y una tonelada de óxido nitroso equivale a 310 toneladas de CO2 para fines de cálculo de los gases de efecto invernadero”, explicó Sorio.
Por otra parte, señaló que la emisión de metano forma parte del desarrollo natural y rumiación de los bovinos que convierten una fibra inútil para los humanos (el pasto) en dos alimentos importantes que son la carne y la leche.




“Hay que tomar en cuenta que las plantas forrajeras no solo producen tallos y hojas sino también raíces, por lo tanto gran parte de la biomasa está en el subsuelo y de esa forma se produce el almacenaje del carbono”
El estómago de estos animales tiene cuatro compartimentos que les permite ingerir el forraje, masticar, regurgitar y rumiar el alimento varias veces hasta tragarlo para que la digestión sea completa.
Todo este proceso fermenta el pasto a través de microorganismos de donde se generan los gases como se mencionó anteriormente.
“Es verdad que el ganado produce gases de efecto invernadero, pero misteriosamente los detractores de los vacunos suelen olvidarse de que el ecosistema donde viven es capaz de fijar carbono en grandes cantidades”, remarcó el especialista.
Fijación
Al momento de hablar de la fijación del carbono atmosférico recordó que este elemento es la base de la vida en el planeta Tierra y que la fuente básica para los seres vivos es justamente el dióxido de carbono.
Entonces, la fijación del carbono para poner a disposición de los seres vivos se da especialmente a través de los océanos a través de la dilución donde hay 50 veces más carbono que en la atmósfera pero pocos seres vivos lo aprovechan.
La otra manera es a través de las plantas, algas y unas pocas bacterias a través de la fotosíntesis, en esa circunstancia casi todas las especies aprovechan este carbono que va a producir hojas, raíces, frutos, materia orgánica, comida para los herbívoros que luego serán la comida de los carnívoros.
Y como subproducto del dióxido de carbono que es muy importante para la vida humana es el oxígeno atmosférico, por eso la fotosíntesis es considerada como la fase mágica de la vida.
Pastos
Los principales pastos de América tropical son todos C4 que es un nombre que se da por la forma en que hacen la fotosíntesis y corresponden a las Brachiarias, Panicum y otros que tiene alta eficiencia en el aprovechamiento del agua y el carbono.
“Hay que tomar en cuenta que las plantas forrajeras no solo producen tallos y hojas sino también raíces, por lo tanto gran parte de la biomasa está en el subsuelo y de esa forma se produce el almacenaje del carbono”, sostuvo Sorio.
Balance
La fijación de carbono de plantas forrajeras es favorable y para demostrarlo se presentaron algunas cifras, como por ejemplo: Brachiaria humidicola que registra una fijación anual de CO2 de 19,4 toneladas por hectárea; Decumbens 27,9 tn/ha; Marandú 33,8; Masai 48,6 y Mombaza 63,9 tn/ha.
Con ese potencial la densidad animal para el pastoreo sería el siguiente: Brachiaria humidicola 1,4 cabezas por hectárea; Decumbens 1,4; Marandú 2,0; Masai 2,4 y Mombaza 3,0.
“Por eso digo que la ganadería bien conducida con el Pastoreo Racional Voisin es una ganadería agroecológica, que además de producir alimentos para la humanidad y ganancia para la hacienda también es amiga del ambiente”, enfatizó al final de la charla.
Fuente: Consultoría Pecuaria Online
Redacción: Publiagro