El índice de Precios al Consumidor no refleja la situación de los bolivianos con respecto al aumento de su presupuesto para adquirir alimentos de la canasta familiar.

No sólo el pollo registró incremento de precio, sino también varias verduras, así como la papa en las últimas semanas, a pesar de las declaraciones del Gobierno, que asegura que están estables, cuya afirmación es criticada por las amas de casa que todos los días acuden a los mercados a realizar sus compras y sienten que su presupuesto familiar subió.

Para el economista y exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza, desde el 2022 existen costos reprimidos de 8 alimentos básicos, que no subieron de precio debido a que las familias no hubieran podido costear el valor, por ello el mercado no hubiera respondido.

Espinoza confirmó que los productos sensibles han subido de precio, que obedecería a la invasión de Rusia a Ucrania, que frenaron la exportación de muchos insumos para los alimentos derivados del trigo, así como proteínas, grasas vegetales y aceites.

La inflación en alimentos a doblado al promedio de la inflación general, que el año pasado cerró en 3,1%, en promedio 6%, algunos incluso llegaron a 10% como es el caso del aceite, la tendencia apunta a seguir subiendo.

“No es un proceso especulativo, tiene que ver con factores de demanda y oferta, probablemente” se sienta con más fuerza en los próximos meses, señaló y agregó que productos como la papa, el tomate y la cebolla también son sensibles a las dificultades del transporte.

“No es un proceso especulativo, tiene que ver con factores de demanda y oferta, probablemente”

Recordó que Bolivia es muy dependiente de la oferta de papa del Perú, y los bloqueos afectaron a los precios, mientras por el lado del Oriente la falta de diésel redujo la circulación de verduras en el mercado nacional y provocó una caída en la productividad.

Pierden mucho producto al no poder ser levantado de los campos por problemas de los transportistas en acceder al diésel, reflexionó.

IPC

Con respecto al Índice de Precios al Consumidor (IPC), el entrevistado dijo que sólo mide el lado de los precios de la canasta familiar, pero para las familias el valor es una mitad de la historia, la otra es el gasto.

El IPC mide el precio y el Gobierno se agarra de los números, pero no cuenta la historia de las familias que se ve en el gasto, que se ha incrementado sistemáticamente en los últimos meses, sostuvo.

Los productores tienen costos crecientes y para mitigar la pérdida de utilidades, o sea, su ganancia por precios regulados han ido bajando el tamaño de los productos, como en el caso del pan.

Por ello señaló que se debe empezar a monitorear el gasto de las familias y el ingreso para conocer en detalle el efecto del alza de los precios y el incremento en sus presupuestos.

Asimismo, dijo que la inflación importada ya está en curso por el tipo de cambio, debido a que los importadores deben adquirir el dólar a 7,30 bolivianos, por encima del oficial, y esto se transfiere al consumidor final, esta situación se observará con más fuerza en el tercer y cuarto trimestre de la presente gestión.

 

Fuente: El Diario