Zafreros de Bermejo, sin garantías contra el Covid para iniciar la cosecha

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El secretario general de los Cañeros Independientes de Bermejo, Gilberto Salazar, explicó que más de 1.000 hombres llegan para cortar la caña a partir de junio de cada año. “Hay como unos 150 jefes de grupo».

Los trabajadores zafreros aún no cuentan con los protocolos de bioseguridad para evitar el contagio del Covid-19. En julio se dará inicio a la zafra 2020, pero el sector de cañeros de Bermejo no coordinó con las autoridades de salud del municipio para asegurar que la vida de los trabajadores no esté en peligro.

Un zafrero se levanta a las 3.00 horas de la mañana. El camión de la empresa lo recoge del campamento a la comunidad que le tocó en la gestión y lo lleva al sembradío de caña. Tendrá que cortar al menos una tonelada de caña para ganar 70 bolivianos. Ese es el contrato interno que tiene con los jefes de grupo. Cada jefe de grupo, contratado por el propietario del cañaveral, se encarga de cancelar el monto acordado a los zafreros subcontratados.

El secretario general de los Cañeros Independientes de Bermejo, Gilberto Salazar, explicó que más de 1.000 hombres llegan para cortar la caña a partir de junio de cada año. “Hay como unos 150 jefes de grupo. Ellos son los que se encargan de la cosecha en los sembradíos. Nosotros los contratamos y ellos contratan a los zafreros”, dijo. Algunos grupos son de 15 hombres otros de menos, todo depende de la cantidad de hectáreas y de la costumbre de trabajo de cada uno.

A las 14.00 horas de la tarde es cuando acaba el jornal de un zafrero. El camión regresa, lo lleva de nuevo al campamento para después llevar la caña cortada al ingenio azucarero. A la madrugada siguiente se repite la misma rutina. Los campamentos pueden ser tiendas de campaña o una hilera de cuartos pequeños. Dependiendo del número de trabajadores, pueden dormir hasta tres hombres en un solo cuarto.

“Aun no nos hemos reunido con el Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Bermejo ni con las autoridades del Hospital Virgen de Chaguaya para determinar las medidas de bioseguridad que deberán utilizar los trabajadores y los certificados de salud para que puedan ingresar a la zafra. Queremos pedirle al Gobierno que nos ayude con algunos elementos para la emergencia. Cada jefe de grupo va a tener que encargarse de sus trabajadores”, manifestó.

Sin embargo, el trabajo de la zafra requiere esfuerzo físico a condiciones ambientales en un clima de subtropical, con alta humedad y contacto directo constate entre los trabajadores. “Algunos ya usan barbijo por la caña quemada, para que no les entre el polvillo a la nariz, pero no todos”, describe.

Los trabajadores que acceden a esta labor provienen de distintos puntos tanto del departamento como del país. Desde comunidades del norte de Potosí, Camargo de Chuquisaca, Yunchará y los Valles de Tarija. Los sembradíos de caña se extienden por gran parte del municipio de Bermejo, desde el norte hasta Buena Vista, Campo Grande, La Talita, Arrozales y Los Naranjitos. Las últimas comunidades mencionadas colindan con la frontera entre Bolivia y Argentina, países separados por el río Bermejo. Zonas de frecuentes denuncias del paso furtivo ilegal de contrabandistas que no se detuvieron ni por el estado de emergencia.

“Una alternativa es tener un hospital móvil para emergencias. Otra alternativa sería que ellos presenten un examen de salud para que digan que no tienen coronavirus antes de ingresar a los campamentos. No sé si el Gobierno municipal o la Subgobernación nos puede ayudar con las pruebas rápidas, para eso nos tenemos que sentar a charlar”, manifestó.
El director de las Industrias Agrícolas de Bermejo Sociedad Anónima (Iabsa), Rene Angles, puntualizó que la empresa compra la caña cortada a los propietarios de los cañaverales y son ellos los responsables directos de otorgarles la seguridad para prevenir los contagios por coronavirus.

Fuente: El País