[td_smart_list_end]
“Hay que parar la evaluación que están realizando. Porque es inadmisible que el gobierno se reúna con los empresarios, pero hasta el momento no lo hizo con las organizaciones que rechazan este uso y cuestionan su incorporación en nuestro país. Por ello se decidió ejercer màs presión contra esa evaluacion”, dijo a ANF el activista Pablo Solòn.
Van sumando las voces de rechazo a la aprobación del uso de la soya transgénica HB4 en Bolivia. Desde diferentes organizaciones y colectivos ambientales se anticipó que se encaminarán medidas para que el actual gobierno desestime esta implementación.
“Hay que parar la evaluación que están realizando. Porque es inadmisible que el gobierno se reúna con los empresarios, pero hasta el momento no lo hizo con las organizaciones que rechazan este uso y cuestionan su incorporación en nuestro país. Por ello se decidió ejercer màs presión contra esa evaluacion”, dijo a ANF el activista Pablo Solòn.
De igual forma, hace unos días la Plataforma Agroecológica del Trópico, Subtrópico y Chaco, conformada por productores, consumidores, activistas, colectivos, centros académicos, organizaciones públicas y privadas, y empresas que impulsan la agroecología, denunció que en medio de esta pandemia se intente aprobar el ingreso de la soya transgénica HB4, dado que hace unas semanas desde el gobierno se adelantó sobre un proceso de evaluación de este producto en Bolivia.
“Denunciamos que en plena emergencia de contaminación del coronavirus que ha sido causado por ir en contra de las leyes de la naturaleza, el gobierno pretenda aprovechar de esta emergencia para aprobar un evento que conlleva la manipulación genética, que generará impactos socioambientales imprevistos por el incremento del uso de agroquímicos y que no resolverá el hambre del pueblo”, detalló esta plataforma.
En esa línea, recientemente la Fundación Tierra aseguró que se pretende aprovechar esta emergencia sanitaria para llevar adelante esta aprobación. “Aprovechándose de la pandemia de Covid-19, la élite agraria cruceña una vez más arremete para beneficiarse del Estado. Esta vez está en su mira la aprobación gubernamental para más cultivos transgénicos y los fondos de reactivación para los sectores económicos afectados por la cuarentena”, da cuenta Tierra.
Esta institución establece que este tiempo de emergencia sería usado para “captar recursos y políticas públicas con el justificativo de que son los que garantizan la seguridad alimentaria y que generan empleos y divisas por exportación”.
A estos pronunciamientos se suman el del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE) que considera que aprobar este uso de la soya HB4 es “un atentado a la biodiversidad, el medio ambiente y la salud de la población”.
“CONADE lamenta que el gobierno de Jeanine Áñez esté llevando adelante la evaluación de un evento de soya transgénica HB4 resistente al herbicida glufosinato de amonio y glifosato, violando la Constitución Política del Estado, la Ley 401 y la Ley 300”, detalla el comunicado de esta instancia, y en uno de sus acápites afirma que presentaron una impugnación ante esta determinación.
Diferentes países en estos dos últimos años han aprobado el uso de este producto, dado que de acuerdo a sus primeros ensayos se ha demostrado que mejora los resultados en un 13%, en promedio, en condiciones de estrés, pudiendo alcanzar hasta un 30% en condiciones de sequía severa. Sin embargo, en otros se prefirió no usarlo en la agricultura.
Fuente: Agencia de Noticias Fides ANF