Las inclemencias del clima provocaron una merma de la superficie cultivada con semilla de soya en la región de Limoncito, región integrada del norte de Santa Cruz, debido a la crecida del río Grande, que provocó varias inundaciones en el sector.
A esta situación se suma el mal estado de los caminos, que por la época de lluvias se vuelven inaccesibles por falta de mantenimiento y tuición de la Gobernación de Santa Cruz, cuya situación demora el tránsito de los camiones.
De acuerdo con los productores, en varios tramos se presentan innumerables dificultades para transitar a consecuencia del movimiento de tierra, deslizamientos, escombros y piedras que cubrieron varios lugares de la plataforma vial que conectan con el departamento de Santa Cruz, a esto se suman los cortes que se realizan durante el día, por las obras de rehabilitación en varios sectores.
AFECTADOS
El ingeniero Miguel Ángel Arancibia informó que la zona de San Julián del norte integrado sufre las inclemencias del tiempo, los agricultores sintieron los efectos de las lluvias en la campaña de verano.
Señaló que la mayoría de los pequeños productores que vienen trabajando la tierra entre 30 y 40 años, en diferentes regiones del país, ahora enfrentan el azote del temporal, razón por la cual piden a las autoridades nacionales y locales ayuda para reducir las pérdidas.
El dirigente de la comunidad de Úrico, Eliodoro Barrios, informó que San Julián, Limoncito y 19 de Agosto fueron afectados por el río Grande, lo que provocó la pérdida de 2.000 hectáreas de áreas productivas.
Además, dijo que la crecida del río provocó la anegación de los camino, a lo que suman las plagas, lo que aumenta los costos de producción debido a la fumigación, que se lo hace por lo menos cinco veces por mes.
La humedad no deja desarrollar la planta y el uso de agroquímicos se hace necesario, por eso solicitan el uso de la biotecnología, para combatir las plagas, como el gusano o la rota.
INVERSIÓN
En promedio, los agricultores invierten entre 300 y 500 dólares por hectárea y el rendimiento en promedio alcanza a dos toneladas por hectárea; los costos de recuperación llegan hasta los 600 dólares, pero depende de los precios que se ofertan en este rubro.
Por su parte, Darwin Yupanqui, lamentó que en la campaña de verano no se haya sembrado por el desborde del río, ya que muchas zonas fueron inundadas, y más aguas no permitieron la labor agrícola.
Como dato dijo que se tiene un potencial de 1.400 hectáreas, pero solo se llegó a sembrar 200, por lo que el perjuicio es alto para las más de 90 familias que viven de la soya. Además sostuvo que no cuentan con seguro agrícola.
“Las pérdidas representan 10.000 dólares por productor”, lamentó a tiempo de indicar que se requiere introducir nuevas variedades de soya, para que el rendimiento sea mayor y adecuado a la zona.
Mientras Cristóbal Soto de la comunidad 8 de Septiembre dijo que para que la soya sea rentable se requiere un precio de 350 dólares por tonelada, sin embargo, el mismo está en 290 dólares, lo que no permiten tener mayor margen de ganancia.
Severino Ramírez de Limoncito Central informó que en la región el número de productores alcanza a 600 y las hectáreas a sembrar son 48.000, pero solo fueron aprovechadas 10.000.
Fuente: Periódico El Diario