Muchos plaguicidas que dejaron de circular hace más de 30 años en el mundo y son conocidos como la “docena maldita” están aún en cuatro zonas del departamento de Cochabamba: Omereque, el Valle Alto, Punata, Tiraque y Chapare.
Un estudio del Centro de Aguas y Medio Ambiente (CASA) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) concluyó que los plaguicidas han causado graves daños contaminando el agua, el suelo, los productos y el aire.
La experta en ingeniería ambiental con experiencia en calidad de aguas potables y residuales, análisis de trazas orgánicas en muestras ambientales Mercedes Álvarez Caero explicó que en el 80 por ciento de las muestras hallaron los químicos prohibidos.
Así alertó en el III taller internacional “Una mirada global a la problemática de plaguicidas, manejo, uso, impacto sobre la salud y medioambiente y alternativas de tratamiento para su remoción”, en el que participan expertos de España; el representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO Bolivia, Theodor Friedrich; de Grecia, de Argentina, de Chile, de Dinamarca, además de organismos bolivianos como los ministerios de Medio Ambiente y Aguas, de Salud; y el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria, Senasag.
“La contaminación empieza en los suelos, con la aplicación de un mal uso y manejo de plaguicidas, incluso aquellos que ya salieron de circulación y que son comercializados ilegalmente en ferias provinciales. Los productos ingresan por contrabando. Pero además, los tóxicos son tan fuertes que permanecen en el suelo por más de 50 años ”, dijo.
Aseguró que las investigaciones concluyeron en que “el producto agrícola, el agua y el suelo están infectados” y advirtió también descuido en el agricultor que “por flojera o comodidad no utiliza ropa adecuada. En otros casos hay desconocimiento de la aplicación de plaguicidas. Son varios aspectos que hacen que este problema sea muy terrible”.
Agregó que los efectos en la salud son alarmantes. “Nadie hace nada y el índice de casos de cáncer se eleva. Hay (el mal) hasta en recién nacidos debido a la contaminación. La gestante introduce en su organismo los plaguicidas por la cercanía con ellos”.
Consideró que los esfuerzos por controlar y frenar la contaminación son muchos, pero con reducidos resultados. “Me apena porque nada o poco se hace para frenar el mal uso de los plaguicidas. Destaca el interés de los talleristas reunidos. He presentado las investigaciones en la residualidad de plaguicidas en el Valle Alto, en Punata, Tiraque, Omereque y el Chapare”.
AGUA
Álvarez señaló que esta situación afecta a los organismos acuáticos como los peces y macrobentos (nombre con el que se denomina al grupo de animales invertebrados mayores a 1 milímetro) que están en los arroyos y los ríos de la cuenca Pucara. “En la calidad del agua y la biota (peces y bentos) influenciados por cultivos de bananos y palmitos se observa que el uso de plaguicidas en las zonas de estudio es frecuente, y en concentraciones relativamente altas (aldrin, dieldrin, endrin, atrazina, Fluroxipir, clorpirifos y otros)”.
Señaló que la exposición de los peces a los plaguicidas produce alteraciones histopatológicas en los músculos, hígado, branquias, riñón y bazo.
De acuerdo al índice biótico de familias de organismos macroinvertebrados bentónicos, los ríos Ichilo y Leche presentan mala calidad de agua.
La contaminación posiblemente ya se encuentra “en acuíferos de la zona, por lo que también se recomendó realizar controles en los pozos que abastecen de agua a las familias y poblaciones de lugar”.
ORGANOCLORADOS Y ORGANOFOSFORADOS
El estudio buscó determinar la presencia y concentración de plaguicidas, organofosforados y organoclorados en seis ríos influenciados de la cuenca Pucara.
La cuenca Pucara comprende los municipios de Tiraque y Punata, del Valle Alto del departamento de Cochabamba.
Los plaguicidas organoclorados en aguas (Heptacloro, Atrazina, Endrin Aldrin) presentan concentraciones por encima de los valores guías que planteó la Secretaría de los Recursos Hídricos de la Nación de Argentina en 2005 y los valores guías canadienses (CCME), que indican impactos severos sobre la protección de la vida acuática sobre todo de macroinvertebrados bentónicos.
Respecto a plaguicidas organofosforados en agua (Metil paration, Malation, Dimetoato, Clorpirifos, Monocrotofos) se encontró que en al menos un punto de las aguas de los ríos, están por encima de los valores guías para la protección de la biota acuática. Se los consideran sumamente tóxicos para los macroinvertebrados bentónicos con las que se manifiesta alteraciones en la actividad de la enzima acetil colinesterasa en estos organismos.
Las encuestas realizadas a los comunarios de la cuenca indican claramente que el uso de plaguicidas organoclorados y organofosforados es intensivo en los cultivos agrícolas de la zona. “Es relevante indicar que los resultados de las encuestas muestran que los agricultores no tienen conocimiento sobre el uso y manejo adecuado de estos contaminantes”.
Finalmente, según encuestas y observación visual en campo, la contaminación es también provocada por los envases vacíos con residuos de plaguicidas que disponen en campos de cultivo y ríos.
El plaguicida llega al agua de la siguiente forma: el agricultor fumiga una parte del cultivo, pero otra se va al suelo, se lixivia o se transporta por aire, llegando a lagos, lagunas y ríos.
“En Omereque es elevadísima la contaminación tanto del agua, del suelo y del aire. La cantidad de plaguicidas sobrepasa el límite máximo permisivo. Es un sector alejado en el que se pensaba que no existía infección.
El grado de contaminación depende de la cantidad de dosis de plaguicida aplicada, así como el tipo del insecticida.
“Si es organoclorado, va a persistir en el suelo por mucho tiempo”.
En Tiraque hay ciertos sectores que no se tienen tanta contaminación, pero también zonas de alta afectación. Es una zona productora que distribuye al país.
LA “DOCENA MALDITA” En este grupo están el DDT, aldrin, eldrin y todos los organosclorados prohibidos.
El grupo de organosclorados es de plaguicidas con alta persistencia, dependiendo del plaguicida. Por ejemplo, el DDT permanece 50 años después de haber sido aplicado.
Datos
Los 12 químicos sucios
1. DDT es organoclorado. Su nombre es Diclorodifenil tricloroetano (DDT). Afecta fuentes de agua subterránea. Está prohibido en Bolivia.
2. Lindano es organoclorado. Persiste por largo tiempo.
3. Los drines son organoclorado. Son aldrin, dieldrín y endrín y están en aguas subterráneas.
4. El Clordano heptacloro es un organoclorado clordano/heptacloro. Bolivia prohibió su uso.
5. El Paration es organoforforado. Son Paratión, metil paratión y daña a peces y aves.
6. El Paraquat es herbicida del grupo Dipiridilos. Es muy tóxico para plantas y animales.
7. Los 2, 4, 5 – T. son Clorofenoxílico. Matan la vegetación y es tóxico para animales.
8. El Pentaclorofenol (PCB) es insecticida Clorinado y tóxico para peces.
9. El Dibromocloropropano (DBCP) es Alocarburo y un veneno que entra a las fuentes subterráneas de agua.
10. El Dibromuro de etileno (EDB) es Halocarbono y veneno de larga duración en fuentes subterráneas.
11. El Canfecloro es organoclorado. Es peligroso para otras especies.
12. El Cloridimeformo (CDF) es tóxico para peces y animales en general.
Fuente: Opinion