



En un paso histórico para la protección de los ecosistemas y el impulso del sector apícola, el departamento de Santa Cruz aprobó recientemente la Ley Departamental Autonómica de Promoción, Protección de las Abejas Melíferas, Meliponas, Fomento de la Apicultura y Meliponicultura, una normativa pionera en Bolivia y la región. La ley representa un gran hito para la preservación de las abejas con y sin aguijón, las especies nativas y otros polinizadores, además de posicionar la apicultura y la meliponicultura como actividades productivas estratégicas con potencial agroindustrial.
Lo que distingue a esta ley de otras legislaciones vigentes en el país y el extranjero es su enfoque integral, que reconoce no solo el valor ambiental de las abejas, sino también su papel fundamental en la economía rural y en la seguridad alimentaria. La norma fue impulsada por el sector de productores apícolas de Santa Cruz, así como por criadores de abejas nativas, tras varios años de trabajo conjunto, diálogo y gestión institucional. Este proceso permitió articular una propuesta que responde a las necesidades reales del territorio y al potencial de desarrollo que tiene la apicultura con certificación de calidad.
Osvaldo Soruco Aponte, gerente de la Asociación Departamental de Apicultores de Santa Cruz (Adapicruz), valoró el logro como una oportunidad concreta para transformar la vida de muchas familias del área rural.
“Esta ley departamental es un beneficio para la gente que vive en las regiones con bosque”, afirmó. A su juicio, la norma permite activar acciones desde los gobiernos municipales y departamentales en favor de la conservación de los bosques, la protección de las abejas nativas y el fomento de la apicultura con abejas melíferas.
Soruco explicó además que la normativa contempla la promoción de proyectos y programas de fortalecimiento productivo, especialmente orientados a poblaciones indígenas y campesinas, con especial énfasis en mujeres emprendedoras interesadas en el manejo de abejas nativas.
“Esta ley también busca promocionar proyectos y programas de fortalecimiento productivo, fortalecimiento de grupos indígenas y campesinos, en especial grupo de mujeres que pueden trabajar con abejas nativas y aprovechar las grandes bondades de la apicultura y la meliponicultura en lo social, económico, productivo y sostenibilidad con el medio ambiente”, remarcó.


“Esta ley también busca promocionar proyectos y programas de fortalecimiento productivo, fortalecimiento de grupos indígenas y campesinos, en especial grupo de mujeres que pueden trabajar con abejas nativas y aprovechar las grandes bondades de la apicultura y la meliponicultura en lo social, económico, productivo y sostenibilidad con el medio ambiente”


El dirigente también destacó el abanico de oportunidades que ofrece el ecosistema apícola para las comunidades del bosque.
“No nos olvidemos que la miel proviene del néctar de las flores, que si no se la aprovecha con las abejas, se evapora y se seca; pero también está el polen, el propóleo, la cera, las mismas abejas… es decir, hay un mundo de oportunidades para gente que vive el bosque y que no sabe cómo aprovecharlo”, subrayó.
En el territorio cruceño, se reconocen varias especies de abejas nativas como la abeja señorita, el zuro, las meliponas y el lobosillo, entre otras, todas ellas con un alto valor ecológico y productivo.
El reto de la exportación de miel con valor agregado
Más allá de la producción local, uno de los grandes desafíos del sector apícola cruceño es organizar una estrategia efectiva de exportación, que permita acceder a mercados internacionales con productos diferenciados, como la miel ecológica y otros derivados de origen silvestre. En ese contexto, la Gobernación de Santa Cruz será la responsable de recopilar datos oficiales sobre la cantidad total de producción apícola y estimar el volumen disponible para exportar.
“Solo de los productores afiliados a Adapicruz, se producen alrededor de las 800 toneladas de miel, cada uno ya con sus propios mercados”, explicó Soruco. No obstante, en eventos estratégicos como la Expo Aladi, la asociación está promoviendo la participación de al menos 50 productores que han logrado inscribirse en los procesos de certificación de calidad y que están en condiciones de obtener el sello ecológico.
“Solo con ellos tendríamos al menos 50 toneladas como para iniciar un proceso de exportación para el próximo año, a través de los acuerdos que se pudieran llegar en la Expo Aladi”, añadió.
Finalmente, Soruco enfatizó que ya existe una oferta formal para exportación. “Nosotros tenemos ya una oferta exportable que la tenemos en un catálogo y busca promover exportaciones a partir de los productos naturales del bosque con el sello ecológico”, concluyó.


Fuente: Osvaldo Soruco
Redacción: Publiagro