Los productores de arroz en el departamento del Beni enfrentan un panorama complicado en esta campaña agrícola. Aunque inicialmente se proyectaba sembrar entre 70 mil y 80 mil hectáreas, las estimaciones actuales apuntan a solo 50 mil hectáreas debido a dos factores principales: la escasez de diésel que afectó al inicio de la temporada y las intensas lluvias que han inundado gran parte de los campos.

David Pérez, presidente de la Asociación Departamental de Productores de Arroz Beni (Adepab), expresó su preocupación por las pérdidas.

«Las últimas lluvias han sido muy fuertes y han inundado todos los campos. No logran bajar las aguas, y la mayoría de los productores ha decidido levantar la siembra. Vamos a esperar si se logra drenar el agua. Si es así, esperamos sembrar en diciembre, hasta el 15 todavía tenemos opción¨.

Pérez explicó que solo el 50 % de la superficie planificada ha sido sembrada, pero el arroz que ya estaba creciendo corre el riesgo de perderse debido al exceso de agua. El último registro de lluvias, correspondiente al pasado viernes, reportó 160 milímetros, lo que complicó aún más las labores agrícolas. Además, el río Mamoré ha incrementado su caudal, dificultando el drenaje del agua en las áreas afectadas.

Los productores que lograron sembrar a principios de septiembre esperan cosechar en diciembre si las condiciones mejoran. Sin embargo, aquellos que recién comenzaron la siembra enfrentan la posibilidad de perder todo debido a las inundaciones.

“Las últimas lluvias han sido muy fuertes y han inundado todos los campos. No logran bajar las aguas, y la mayoría de los productores ha decidido levantar la siembra. Vamos a esperar si se logra drenar el agua. Si es así, esperamos sembrar en diciembre, hasta el 15 todavía tenemos opción»

Escasez de diésel
El suministro de diésel, que inicialmente fue un obstáculo significativo, comienza a normalizarse en Trinidad. Las largas filas en los surtidores han disminuido, aunque esto también se debe a que muchos productores han decidido no sembrar debido a las inundaciones. A pesar de ello, se gestionó un cupo de 30 mil litros de diésel por surtidor para abastecer a los productores.

«Muchos productores dejaron de hacer filas también, porque, como se llenaron sus campos de agua, ya decidieron suspender la siembra,» explicó Pérez.

Este escenario genera incertidumbre en la producción arrocera del Beni, un sector clave para la seguridad alimentaria y el desarrollo económico de la región. Las autoridades y productores trabajan contra el tiempo para intentar recuperar algo de lo planificado en esta campaña agrícola.

Fuente: David Pérez

Redacción: Publiagro