La regeneración del suelo tras incendios forestales es un proceso complejo que depende de diversos factores, como el tipo de suelo afectado y la frecuencia con la que ocurren los incendios en la misma área. Según los expertos, cuando los incendios de gran magnitud son recurrentes, las posibilidades de que ocurra una degradación significativa del suelo aumentan considerablemente. Por ello, resulta fundamental partir de un análisis detallado de los suelos dañados para determinar las estrategias más adecuadas para su recuperación.
Jorge Mataix, científico e investigador especializado en suelos, destaca que «si la pérdida de fertilidad en el suelo se debe a una disminución de la materia orgánica, lo más lógico sería reponerla utilizando fuentes de materiales orgánicos sólidos». Estos materiales pueden obtenerse, por ejemplo, a partir de residuos sólidos urbanos, aunque deben pasar primero por un proceso de compostaje para eliminar cualquier sustancia contaminante antes de su aplicación al suelo.
El papel del suelo en los ecosistemas
Mataix señala que los incendios forman parte de los ciclos naturales, pero algunos ecosistemas son más sensibles porque están menos adaptados a estos eventos. Por ello, es esencial entender las características específicas del suelo para diseñar estrategias ajustadas a su regeneración.
«De un tiempo a esta parte, los suelos están pasando de ser un actor secundario a protagonistas, porque se les presta cada vez mayor importancia. No olvidemos que el 25% de la biodiversidad se encuentra en el suelo», resalta.
Para abordar la recuperación de suelos afectados, Mataix sugiere adoptar prácticas regenerativas y sostenibles, como el uso de cultivos de cobertura, rotación de cultivos, alternancia de especies, y evitar monocultivos. Estas medidas contribuyen a proteger el suelo, reducir la pérdida de carbono orgánico y conservar la biodiversidad. Además, enfatiza la necesidad de minimizar el impacto de prácticas agrícolas intensivas que pueden acelerar la degradación del suelo.
“De un tiempo a esta parte, los suelos están pasando de ser un actor secundario a protagonistas, porque se les presta cada vez mayor importancia. No olvidemos que el 25% de la biodiversidad se encuentra en el suelo»
Tiempos de recuperación
El tiempo necesario para que un suelo recupere su fertilidad puede variar entre uno y cinco años, dependiendo de la intensidad del incendio y las condiciones del entorno. Sin embargo, la recuperación total de un ecosistema forestal puede tardar hasta 50 años, un recordatorio del impacto a largo plazo de los incendios en los paisajes naturales.
Experiencias en regeneración
Mataix comparte ejemplos prácticos de métodos utilizados para acelerar la regeneración del suelo. Uno de ellos es la promoción de biocostras dominadas por musgos, que actúan como protectoras naturales del suelo y facilitan su recuperación. En otros casos, cuando el daño es más severo, se ha utilizado compost derivado de lodos de depuradoras en dosis bajas.
«Este compost funciona como una inyección que activa el funcionamiento del suelo, frenando la erosión y permitiendo que todo marche bien nuevamente», explica.
Cuando las condiciones incluyen la probabilidad de lluvias torrenciales sobre suelos desnudos, Mataix sugiere la aplicación de acolchados, como astillas de madera.
«Este método funciona muy bien porque las astillas no se vuelan con el viento, protegen el suelo y ayudan a mantener la humedad, lo que acelera su regeneración», añade.
Un llamado a la sostenibilidad
El investigador subraya que los suelos deben ser vistos como la base de todo ecosistema funcional. Recuperar su calidad después de incendios no solo es crucial para la biodiversidad, sino también para garantizar prácticas agrícolas más sostenibles en el futuro. «Proteger el suelo es proteger la vida misma», concluye Mataix.
La regeneración de suelos tras incendios no es solo una tarea técnica, sino una oportunidad para replantear la relación entre las actividades humanas y los recursos naturales que sustentan la vida.
Fuente: Jorge Mataix
Redacción: Publiagro