ANAPO es la entidad encargada de hacer los ensayos de la fertilización, para luego dar las recomendaciones precisas

El asesoramiento a los agricultores sobre este tema es constante. Foto: Publiagro
Este es uno de los ensayos realizado por los técnicos de ANAPO. Foto: Publiagro
En este cuadro se muestran los resultados de un análisis de suelos. Foto: Publiagro

La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) continúa avanzando con su proyecto de la “Red de Nutrición de Cultivos”, cuyo objetivo principal es mejorar la fertilidad del suelo y el rendimiento de cultivos clave como la soya y el maíz. Este proyecto se ha implementado con la colaboración de especialistas argentinos en fertilización de suelos, Fernando Oscar García y Nahuel Ignacio Reussi, quienes han presentado prácticas agrícolas sostenibles en eventos como la Fexpo Yabaré 2024, donde los productores pudieron conocer diferentes alternativas de fertilización.

Darwin Coímbra, técnico extensionista de ANAPO en la zona este, resaltó la importancia de realizar estudios de suelo antes de la aplicación de fertilizantes, ya que es crucial identificar las carencias de nutrientes en cada terreno para garantizar un manejo eficiente y sostenible. Coímbra explicó:

«El objetivo del programa es mostrar datos locales y dar futuras recomendaciones a los agricultores sobre una nutrición balanceada en los diferentes cultivos. Esto se realiza a través de la fertilización de base o la aplicación foliar».

“El objetivo del programa es mostrar datos locales y dar futuras recomendaciones a los agricultores sobre una nutrición balanceada en los diferentes cultivos, esto se realiza a través de la fertilización de base o aplicación foliar”

 

Otros detalles del programa

Este programa no solo busca mejorar la productividad, sino que también se centra en determinar los niveles óptimos de nutrientes esenciales como el Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K) disponibles en el suelo. En caso de detectar deficiencias, se sugieren diferentes dosis de úrea para evaluar la respuesta de los cultivos, promoviendo una fertilización precisa y adaptada a las necesidades locales.

Como ejemplo de la importancia de este enfoque, Coímbra mencionó que los análisis de suelo en la zona Este y en la Chiquitanía han revelado deficiencias significativas de Nitrógeno y Fósforo, consecuencia directa de la degradación del suelo debido a malas prácticas agrícolas en el pasado.

Para contrarrestar este deterioro, el proyecto también promueve el uso de cultivos de servicio y la siembra directa, estrategias que ayudan a restaurar la fertilidad del suelo y a desarrollar una agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Estas iniciativas, junto con las recomendaciones de los especialistas y las tecnologías aplicadas, buscan consolidar la mejora en la nutrición de los cultivos, garantizando una mayor productividad sin comprometer la salud del suelo, clave para el futuro de la agricultura en Bolivia.

 

Fuente: Darwin Coímbra

Redacción: Publiagro