El manejo adecuado de los galpones, sistemas de ventilación eficientes y ajustes en la dieta son clave para mejorar el rendimiento y la salud de las aves en condiciones de calor extremo
Las gallinas de postura son altamente susceptibles al estrés calórico, lo cual puede afectar significativamente su rendimiento. Es fundamental conocer el impacto de este fenómeno y las medidas necesarias para prevenirlo, especialmente en la producción comercial de huevos.
Carlos Delgado, gerente regional de ZINPRO, ha destacado que «en los últimos años lo que se entiende bastante es que existe un incremento en la temperatura en todo el mundo, lo que es una preocupación para el productor».
Este aumento de temperatura tiene un impacto directo en las gallinas de postura, resultando en una reducción del rendimiento, así como en la calidad y cantidad de los huevos producidos.
Estrés calórico
El estrés calórico en las aves ocurre cuando las condiciones ambientales superan su capacidad para disipar el calor. Las gallinas tienen varias formas de perder calor, pero no todas son eficientes. En primer lugar, pueden hacerlo por radiación, emitiendo calor hacia el exterior; sin embargo, su cobertura de plumas limita esta vía de escape. En segundo lugar, las aves pueden perder calor por conducción, cuando entran en contacto con superficies frías, pero las gallinas ponedoras en jaulas carecen de acceso a tales superficies, lo que dificulta la eliminación de calor.
«Por ejemplo, es necesario empezar a trabajar con herramientas que nos ayuden a decidir cómo mejorar la calidad de la cáscara de los huevos, así como el uso de minerales de performance de ZINPRO, que son complejos de minerales y aminoácidos que mejoran la producción, la reacción y la tolerancia al calor, reduciendo la corticosterona, como en el caso del cromo y el zinc»
En tercer lugar, el calor puede disiparse por convección, transfiriendo al aire circulante, lo que depende en gran medida de la eficacia del sistema de ventilación del galpón. Finalmente, el calor también puede ser eliminado por evaporación a través de la respiración, pero este método se ve afectado por los niveles de humedad ambiental.
Cómo trabajar para mitigar el estrés calórico
Delgado explica que es necesario abordar diversos aspectos para mitigar el estrés calórico, tales como el manejo del galpón, la elección de la línea de gallinas, la alimentación y el suministro de agua.
«Por ejemplo, es necesario empezar a trabajar con herramientas que nos ayuden a decidir cómo mejorar la calidad de la cáscara de los huevos, así como el uso de minerales de performance de ZINPRO, que son complejos de minerales y aminoácidos que mejoran la producción, la reacción y la tolerancia al calor, reduciendo la corticosterona, como en el caso del cromo y el zinc», detalló Delgado.
Estrategias de control contra el estrés calórico
El manejo del estrés calórico en avicultura requiere un enfoque integral. Los galpones suelen albergar una gran cantidad de aves en un espacio limitado, lo que incrementa la temperatura interna si no se implementan las medidas de manejo adecuadas. Existen varias estrategias que pueden aplicarse para controlar este problema.
Manejo de cortinas
Delgado recomienda que los galpones avícolas mejoren las condiciones de temperatura y humedad mediante el manejo adecuado de cortinas. Esto permite que el aire exterior ingrese y enfríe el ambiente interno, reduciendo el calor acumulado. Además, es vital contar con medidores de temperatura y humedad para mantener un ambiente controlado que favorezca el bienestar de las aves.
Sistemas de ventilación:
En galpones grandes o con alta densidad de aves, es fundamental disponer de un sistema de ventilación eficiente. Este sistema ayuda a controlar el ambiente, reduciendo los problemas relacionados con la humedad, el amoníaco y el calor excesivo. Delgado también subraya la importancia de revisar periódicamente la eficacia de los ventiladores y extractores para asegurar que funcionen correctamente en todo momento.
Agua y alimento
Otro factor crucial es la temperatura del agua disponible para las aves. Si el galpón acumula demasiado calor, el agua también puede calentarse, lo que afectaría negativamente el consumo de las aves y aumentaría su estrés. Por ello, es necesario monitorear constantemente la temperatura del agua y asegurarse de que esté siempre fresca. En cuanto a la alimentación, en regiones tropicales o áreas con temperaturas elevadas, la dieta de las aves puede ajustarse para reducir su tasa metabólica y, por lo tanto, su vulnerabilidad al estrés calórico.
Recomendaciones finales
Finalmente, Delgado insta a los productores a planificar con anticipación para evitar los efectos negativos del estrés calórico. «Reciban información, evalúen, planifiquen las actividades previamente a la presentación de las épocas de calor, preparando galpones, preparando cuánta va a ser mi densidad de aves, que las líneas de agua estén funcionando correctamente, al igual que los ventiladores y las cortinas, antes de decidir qué producto mágico utilizar», concluyó.
Con una planificación adecuada y el uso de herramientas especializadas, los productores avícolas pueden minimizar el impacto del estrés calórico en las gallinas de postura, mejorando su rendimiento y bienestar.
Fuente: Carlos Delgado
Redacción: Publiagro