Eso se debe a los residuos de un producto químico que quedó en el suelo, para confirmar esa situación se hace un test biológico
La sequía que se registra en diferentes zonas productoras de Santa Cruz implica un aumento en los riesgos de fitotoxicidad en los cultivos que serán sembrados próximamente, debido a los restos de herbicidas residuales presentes en el suelo que se conoce como el periodo de carry over (efecto de arrastre).
Luis Lanfranconi, ingeniero agrónomo y profesor de la Universidad Católica de Córdoba (Argentina), indicó que lo importante es entender que dependiendo del herbicida que se use y el cultivo que seguirá a la rotación- si el clima no acompaña a la fumigación pueden quedar residuos que impactarán en la nueva siembra.
Por eso sugirió que hay que hablar con los agricultores o los técnicos de campo para saber cuál herbicida se utilizó en el anterior cultivo y qué limitaciones puede generar ese producto en caso que las condiciones ambientales no sean las adecuadas.
“Hay que seleccionar adecuadamente el herbicida que usará, existen productos que si las condiciones ambientales no ayudan no terminan de degradarse y aunque sea con muy poca cantidad de residualidad en el suelo (10%) prácticamente no da la opción de incorporar otro cultivo, como maíz por ejemplo”, dijo Lanfranconi.
Test biológico
Por otro lado, remarcó que para determinar el efecto carry over en el suelo se puede hacer un test biológico con especies o cultivos sensibles a los herbicidas que aún quedan en el suelo.
“Hay que seleccionar adecuadamente el herbicida que usará, existen productos que si las condiciones ambientales no ayudan no terminan de degradarse y aunque sea con muy poca cantidad de residualidad en el suelo (10%) prácticamente no da la opción de incorporar otro cultivo, como maíz por ejemplo”
En este caso la siembra se hace fuera de época con riego artificial, las plantas se tapan con un plástico para aumentar la temperatura y adelantar la primavera 30 días y se observa si las plantas que van naciendo tienen algún daño foliar o radicular.
“Si hay plantas que presentan algún deterioro estructural, quiere decir que el herbicida sigue presente y lo peor es que lo que se ve ahí se reflejará en el próximo cultivo”, puntualizó.
Cultivos de servicio
Lanfranconi también habló de los cultivos de cobertura que ayudan en la sostenibilidad de los suelos e incluso en el control de malezas. La especie elegida depende del uso que se quiera dar, si se quiere incorporar nitrógeno por ejemplo las leguminosas cumplen una función fantástica, como es el caso de la Crotalaria juncea.
Y con un manejo integrado de distintas prácticas se puede lograr el control de diferentes malezas, en base a los cultivos de servicio, distancia entre plantas más estrecha y el empleo de especies con altas tasas de crecimiento inicial.
De esa forma se evita que el banco de semillas de malezas sea más grande y por tanto su incidencia en los próximos cultivos será menor y reducirá los costos de producción.
Fuente: Luis Lanfranconi
Redacción: Publiagro