El presidente de esa entidad explicó que hasta el momento no hay reportes de problemas en la salud pública como toxicidad y alergias

Carlos Oropeza (izq) dio los fundamentos técnicos sobre este tema. Foto: CAO

Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido modificados genéticamente para conferirles características específicas, como resistencia a plagas o tolerancia a herbicidas. Desde su introducción en la década de 1990, han suscitado el debate sobre su impacto en la salud humana, el medio ambiente y la economía global.

En ese contexto, se hizo la revisión técnica y legal a nivel nacional como internacional sobre la aplicación de los transgénicos. En lo que respecta a Bolivia, existe el Artículo 255 numeral 2 y 8 que establece la prohibición de la importación o producción de alimentos transgénicos que produzcan daños a la salud humana.

La Sociedad Boliviana Médica de Salud Pública Filial Santa Cruz, a través de su comité científico y a solicitud de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), viene realizando el seguimiento de las investigaciones sobre el consumo y sus efectos.

Carlos Oropeza Cárdenas, presidente de esa entidad, explicó que todos los estudios coinciden que existen aspectos positivos y negativos en cuanto a su producción y utilización.

En el ámbito positivo dijo que no hay reportes de problemas de salud pública como enfermedades tóxicas ni alérgicas o resistencia a los antibióticos, en los países latinoamericanos incluida Bolivia.

“Ese tabú de que los alimentos transgénicos afectan a la salud humana, producen cáncer o malformaciones debe descartarse, porque tampoco hay reportes de daños en la salud animal. En base a ese criterio, debería liberarse la producción con Organismos Genéticamente Modificados en Bolivia”

 “Ese tabú de que los alimentos transgénicos afectan a la salud humana, producen cáncer o malformaciones debe descartarse, porque tampoco hay reportes de daños en la salud animal. En base a ese criterio, debería liberarse la producción con Organismos Genéticamente Modificados en Bolivia”, manifestó Oropeza.

Por otra parte, manifestó que hace más de 40 años que se emplean estos materiales a nivel mundial y en nuestro país hace una década el 80% de las semillas para la producción de la soya y últimamente el maíz provienen de organismos genéticamente modificados.

Aspectos positivos y negativos

  1. Los alimentos transgénicos pueden contribuir a mejorar la seguridad alimentaria mundial al aumentar el rendimiento de los cultivos y reducir las pérdidas debido a plagas y enfermedades.
  2.  Algunos cultivos transgénicos han sido modificados para aumentar su contenido nutricional como el «arroz dorado», diseñado para producir betacaroteno, un precursor de la vitamina A, que podría reducir la ceguera infantil en países en desarrollo (Tang et al., 2009).
  3. La resistencia a insectos puede reducir la necesidad de pesticidas químicos, con beneficios para la salud humana al disminuir la exposición a estos productos tóxicos (Brookes & Barfoot, 2018).
  4.  Muchos OGM utilizan genes de resistencia a antibióticos como marcadores en su desarrollo y esto podría contribuir a la creciente resistencia a antibióticos en bacterias patógenas (Dale et al., 2002). Empero, este no es el caso de la agricultura en Bolivia.
  5. A pesar de que muchos estudios indican que los alimentos transgénicos son seguros para el consumo humano, los efectos a largo plazo en la salud aún no se conocen completamente.
  1. En cuanto al marco legal y político, existe una postura oficialmente restrictiva en nuestro país sobre el uso de elementos transgénicos.

 

Fuente: Carlos Oropeza Cárdenas

Redacción: Publiagro