Cuando los valores están próximos a 7 (PH neutro) hay mayor disponibilidad de los nutrientes para el desarrollo de las plantas
El potencial de hidrógeno (pH) es un índice utilizado ampliamente en la química de los suelos donde se desarrollan diferentes cultivos, expresa el grado de acidez o alcalinidad en un área determinada e influye en el potencial de rendimiento de las plantas. El valor neutro es 7, entre 1 a 7 (acidez) y de 7 a 14 (alcalinidad).
Edward Peña, ingeniero agrónomo y especialista en temas de edafología, explicó que cuando se tiene el valor del PH entre 6 y 7.5 en promedio es donde el Nitrógeno, Fósforo, Azufre, Calcio y Magnesio se encuentran en mayor disponibilidad.
Por ese motivo destacó la importancia de mejorar las condiciones de un terreno –con un análisis de laboratorio previo- donde se presenta principalmente la acidez, con valores que están por debajo de 7. Para eso se aplica calcáreo dolomítico, yeso agrícola u otros elementos.
“Si no se corrige el PH vamos a arriesgar nuestra fertilización, especialmente la fosfatada, por eso es una labor que nos va a permitir alcanzar mejores rindes, menor disponibilidad de nutrientes y los agricultores han visto que eso es notablemente beneficioso”, dijo Peña.
Por eso, actualmente muchos agricultores medianos y grandes ya no se arriesgan a desarrollar la agricultura sin la corrección de suelos, porque saben que en el mediano y largo plazo van a tener mayor productividad.
“Si no se corrige el PH vamos a arriesgar nuestra fertilización, especialmente la fosfatada, por eso es una labor que nos va a permitir alcanzar mejores rindes, menor disponibilidad de nutrientes y los agricultores han visto que eso es notablemente beneficioso”
Medición
El valor del PH se puede medir de forma precisa mediante un potenciómetro, también conocido como peachímetro, un instrumento que mide la diferencia de potencial entre dos electrodos: un electrodo de referencia (generalmente cloruro de plata) y un electrodo de vidrio que es sensible al ión de hidrógeno.
También se puede medir de manera aproximada con el uso de indicadores ácidos o bases débiles que presentan diferente color según el PH. Generalmente se emplea un papel que está impregnado con una mezcla de indicadores cualitativos para la medición.
Ejemplos
En San Ignacio de Velasco y otras zonas de la Chiquitanía el 30% de los suelos no necesitan corrección porque tienen un PH neutro (próximo a 7), pero el 70% precisa de un trabajo de readecuación.
En el Beni en cambio se pueden encontrar suelos muy ácidos con un PH de 3.8 a 4.2, con presencia fuerte de aluminio incluso arriba de 1 centimol. Eso implica que hay una fuerte toxicidad para los cultivos.
Debido a ese factor, en muchas regiones de ese departamento se emplea el calcáreo dolomítico para corregir el PH y así desarrollar la actividad agrícola económicamente sustentable.
La presencia de aluminio en la solución del suelo induce el desarrollo de la acidez, se desplaza de las arcillas por otros cationes, reacciona con el agua y libera hidrógenos.
Fuente: Edward Peña
Redacción: Publiagro