El estudio destaca la producción de tomates comerciales y gourmet, con especial énfasis en la variedad pera amarilla, y marca un avance en prácticas agrícolas sostenibles y técnicas de cultivo sin fertilizantes
En el corazón de la región del Beni, un área conocida por su suelo fértil y su capacidad para cultivar una amplia variedad de verduras, frutas y hortalizas, se ha llevado a cabo un interesante proyecto en el Centro de Investigación de Producción Agrícola (CIPA) Casarabe, perteneciente a la Universidad Autónoma de Bolivia. Publiagro estuvo presente en un día de campo que destacó el trabajo de investigación en curso sobre siete variedades de tomate.
Wilson Zelada, asesor del proyecto de investigación, destacó el enfoque innovador al afirmar que son producciones netamente orgánicas sin fertilizantes.
“No se ha utilizado fertilización de ningún tipo, ni orgánico, ni químico y los resultados son sorprendentes. El tamaño y la cantidad que han producido las siete variedades sembradas por un investigador”. Este enfoque sin fertilizantes subraya el compromiso con métodos de cultivo alternativos y sostenibles, y ha permitido obtener resultados que desafían las expectativas tradicionales.
El objetivo principal del proyecto es caracterizar morfológicamente las siete variedades de cultivo de tomate en estudio. Determinar rendimientos de los siete germoplasmas en estudio y evaluar presencia de plagas y enfermedades. El estudio busca ofrecer una visión integral del comportamiento de cada variedad en condiciones controladas, con el fin de identificar las más adecuadas para el cultivo en la región y su potencial comercial.
“No se ha utilizado fertilización de ningún tipo, ni orgánico, ni químico y los resultados son sorprendentes. El tamaño y la cantidad que han producido las siete variedades sembradas por un investigador”
Los resultados preliminares han sido positivos, con tomates que se presentan como “comercialmente vendibles, buen tamaño, color, y sabor agradable”. Aunque todas las variedades han mostrado un desempeño favorable, la variedad pera amarilla.
“Nuestra variedad pera amarilla ha sido un espectáculo y puede servir como decoración de platos gourmet, es de color amarillo y forma parecida a la pera”. Esta variedad no solo ha impresionado por su apariencia, sino también por su capacidad para adaptarse y prosperar en las condiciones experimentales.
El proyecto, liderado por Juan José Loayza, un estudiante de la carrera de Ingeniería Agronómica, se realiza como parte de su trabajo final para la titulación.
¨El ciclo de vida del cultivo del tomate es de 120 días, pero las variedades más precoces de mi investigación son la variedad gaucha, la Santa Clara, Santa Delia y pera amarilla”. Los objetivos específicos de su investigación incluyen, determinar el rendimiento por planta de cada variedad, lo cual es fundamental para evaluar la viabilidad y eficiencia de cada tipo de tomate en las condiciones locales.
El estudio no se limita a una sola evaluación; se repetirá hasta cuatro veces para asegurar la precisión y fiabilidad de los resultados. Aunque apenas se ha completado la primera fase, ya se han visto buenos resultados. La repetición del estudio es una práctica rigurosa que ayudará a validar los hallazgos y a obtener conclusiones más sólidas sobre el rendimiento y las características de las variedades en estudio.
El trabajo realizado en el CIPA Casarabe representa un avance significativo para la agricultura en El Beni. La investigación no solo proporciona información valiosa sobre la caracterización y rendimiento de las variedades de tomate, sino que también promueve prácticas agrícolas innovadoras y sostenibles en la región.
Fuente: UAB
Redacción: Publiagro