La bioseguridad, vigilancia e inversión es primordial para seguir combatiendo la enfermedad
La gripe o influenza aviar (también conocida como gripe del pollo) es una enfermedad avícola causada por ciertos tipos de virus que normalmente infectan a las aves.
Eliana Icochea, jefa del laboratorio de Hepatología Aviar de la Facultad de Medicina y Veterinaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, Perú, manifestó que los países de Sudamérica más afectados en fauna silvestre han sido Perú, seguido por Chile.
Perú
Perú ha sido severamente afectado debido a la ubicación de sus granjas a lo largo de la costa. La mayoría de las granjas se encuentran en esta región, lo que ha provocado brotes en aves de traspatio como patos, codornices y ponedoras. El primer diagnóstico de influenza aviar se detectó en un lote de pavos (aves domésticas) y en la zona norte en aves de traspatio.
“Tenemos que estar pendientes de los cambios del virus, el productor tiene que invertir en bioseguridad”
Chile
Chile ha experimentado una alta mortalidad de aves silvestres debido a la localización de sus granjas en las zonas costeras, que coinciden con el corredor de aves migratorias y residentes.
Colombia
En Colombia se detectaron brotes en seis localidades, específicamente en aves de traspatio. Los casos fueron menores en comparación con otros países, ya que su avicultura no está localizada a lo largo de la costa.
Ecuador
En Ecuador, los focos de la enfermedad se localizaron en el centro del país, donde la proporción de casos de influenza aviar fue menor.
Bolivia
En Bolivia, el riesgo de influenza aviar fue menor, posiblemente debido a las rutas migratorias y no tanto por la localización de las granjas cerca de las costas, como en Perú y Chile.
Vigilancia Activa
La Dra. Icochea hizo hincapié en la necesidad de una vigilancia permanente y activa en aves silvestres, incluyendo protocolos de PCR. En las granjas cercanas a la costa, se deben realizar pruebas de heces fecales de las aves en las zonas costeras. Las vacunas también son importantes para controlar la enfermedad.
“Tenemos que estar pendientes de los cambios del virus, y el productor tiene que invertir en bioseguridad”, acentuó.
Además, destacó que hay una diferencia entre las normas de bioseguridad y la inversión en medidas de bioseguridad, tales como arcos de desinfección para vehículos, protocolos, vestimenta, lavandería, capacitación del personal, concientización, infraestructura y vigilancia.
Fuente: Publiagro